A convicción profunda da actualidade da revolución, fai necesaria a organización política da clase obreira.

G. Lukács
 

viernes, 27 de octubre de 2006

“LA ECONOMÍA VA BIEN” (Aznar, Rajoy, Zapatero y Solbes dixit)

Aznar y el PP en sus tiempos de gobierno, acuñaron una frase de éxito, “España va bien”; sus sucesores en el cargo la repiten hasta la saciedad y los medios de desinformación la propagan a los “cuatro vientos”.



Y posiblemente si el concepto España se reduce a un grupo selecto de empresarios transnacionales, “deslocalizadores” de sus empresas a países sin derechos políticos, sindicales y con salarios de hambre, carentes de todo tipo de legislación protectora del medio ambiente, y a los que se aprovechan de la desestructuración y precariedad del mercado laboral, a especuladores en bolsa y banqueros, tengan razón. Un grupo importante de empresarios, al calor de la globalización neoliberal y de las reformas laborales, es decir de las políticas antiobreras de los últimos 25 años, consiguieron enormes beneficios. Les va pero que muy bien.



Pero se confirmó en este tiempo algo evidente, que es una falacia lo que también se repetía hasta la saciedad, de que los grandes beneficios para las empresas significarían beneficios para toda la sociedad, pues revitalizarían la inversión y la creación de puestos de trabajo. La realidad es que la inmensa mayoría de estos beneficios se convirtieron en capital especulativo y abandonaron la producción al amparo de las leyes de la Unión Europea o van a invertirse a otras latitudes. Y muchas empresas se han “deslocalizado”, han abandonado el territorio del estado, en busca de una mayor tasa de explotación.



También hay otra evidencia que ya puso de manifiesto el profesor Diego Guerrero hace algunos años; el proceso de depauperización de la clase obrera en España. Circunstancia que ya señaló Marx como “depauperización relativa de la clase obrera en el capitalismo”, como consecuencia del salario relativo, que no debemos confundir con la depauperización absoluta como resultado del salario real.



La realidad española como en todos los países capitalistas, es que ninguna persona que subsista dependiendo de un salario, independientemente de la cuantía del mismo, “va a dejar de ser asalariado, convertirse en capitalista o en productor independiente” pues “el salario antes que un precio o una medida es una categoría social” y “cualquier nivel de salario ha de consistir en un salario inevitablemente relativo, esto es, implicar la generación de plusvalor para el capital”; lo que da como resultado el planteamiento de Marx, que el obrero no solo es un “pauper”, por su determinación social, sino que cada vez es más pobre, ya que su participación en el producto de su trabajo, la renta nacional, tiende a ser cada vez menor.



Aunque si discutiéramos sobre este asunto con un neoliberal posiblemente lo negara, ya que los datos que ellos manejan enmascaran esta circunstancia, por la existencia de otros trabajadores que no son asalariados, los autónomos y la creciente proletarización de otros sectores. Pero en la realidad estudiada por el profesor Guerrero, el proceso de depauperización tiene una fase lenta, entre los años 75 y 82 con una rebaja en la participación de -7,6 y otra mas rápida, con un coeficiente de -9,4 para los siguientes ocho años.



Y si la depauperización también se produce en la época de Solchaga, la de los grandes “pelotazos”, donde “el que no se enriquecía parecía tonto”, seguramente en los últimos 15 años en que la situación empeoró, también a nivel mundial, sus paises locomotoras, EEUU, Alemania, Japón, Francia, Italia, Holanda, étc., pasaron serias dificultades cuando no entraron en recesión, posiblemente un estudio actualizado del tema daría como resultado índices de caída superiores a los reseñados.



Recesión de la que algunos paises todavía no han salido y otros, como los EEUU, superada la iniciada el año 2000, al decir de algunos “gurús” de la economía, camina hacia otra nueva, según todos los indicios, datos económicos de los últimos trimestres, a partir del año 2007.



El mismo autor tiene estudiado para el período 1954-2001 la tasa de explotación de l@s trabajador@s en el estado español, llegando a la conclusión de “….que la explotación en España es un hecho. Que es un hecho cada vez más evidente y de mayor magnitud. Que el beneficiario de esta situación es la burguesía capitalista”. Y medir la tasa de explotación se consigue midiendo cuanto del trabajo social anual es trabajo pagado y cuanto trabajo impagado. En la realidad del estado español la tasa de explotación pasó del 72,7 % en 1954, al 90,8 % en 2001. Curiosamente en el período constitucional, con tres partidos en labores de gobierno, es el período del PSOE en el que se elevó más la tasa de explotación, un 50 %, el 10 % en el de UCD y 6 % con gobierno del PP.



Pero “España sigue bien” y los dos grandes partidos del estado, PSOE y PP pactan los elementos fundamentales de la política económica, la que verdaderamente sitúa a una organización en la izquierda o en la derecha; la reforma laboral para abaratar el despido y precarizar aun más el mercado laboral; la reforma fiscal, para seguir profundizando en una fiscalidad injusta y que la recaudación del estado recaiga fundamentalmente sobre los trabajadores, mientras se rebaja la fiscalidad de las empresas en momentos de enormes beneficios, y aumentan los impuestos indirectos, los que pagamos en la misma cuantía toda la sociedad, tanto ricos como pobres, y la reforma de las pensiones, para recortarlas y poner en manos de la banca privada los ahorros de td@s l@s trabajador@s que necesitarán de una pensión privada para complementar la oficial, que cada vez, reforma a reforma, iniciadas por el PSOE, se hace más pequeña.



“España va bien”?. La economía española se asienta sobre tres pilares muy frágiles, la burbuja inmobiliaria, los ingresos por turismo y el consumo interno, pero este último no asentado sobre el ahorro, sino sobre el endeudamiento familiar, que se acerca, si no los supero ya, a los ochocientos mil millones de euros; sí, han oido bien, ochocientos mil millones de euros según cifras oficiales.



Y no debemos olvidar que en muchos de los países del centro del sistema que entran en recesión, siempre es precedida del pinchazo de la burbuja inmobiliaria. ¿tendrá esto algo que ver con la actitud de las grandes empresas de la construcción que en los últimos tiempos dedican parte de sus enormes beneficios a comprar la participación en empresas de otros sectores?¿Y que pasa con el turismo que cada vez entran más turistas y se recauda menos, según las cifras oficiales? Y en tercer lugar, todos los informes indican que la capacidad de las familias se encuentra al límite y las últimas subidas de los tipos de interés y su repercusión sobre las hipotecas no indica posibilidades de mejora. Los tres pilares sobre los que se asienta el tan cacareado crecimiento y la buena marcha de la economía española, tienen los cimientos de barro.



Si a esto le unimos que indicadores económicos que definen la situación de una economía capitalista, como son el de producción industrial y la formación bruta de capital, no son favorables; que el déficit comercial cada vez es mayor, en proporción uno de los más elevados del mundo; que nuestras exportaciones siguen lastradas por un diferencial de inflación grande respecto a otros países de la Unión Europea y que se produjo una importante desaceleración en la entrada de capitales, se puede afirmar que la situación económica de la mayoría de l@s ciudadan@s, a causa de la complicidad del PSOE y PP en la aplicación de medidas de carácter neoliberal, que buscan por encima de todo dar satisfacción a los intereses de las burguesías, tanto centralista como periférica, no es tan buena para tod@s como se proclama y quien esta sufriendo, como siempre, y va a seguir sufriendo esta situación es la gran mayoría de la población.


Y hay una coincidencia muy aclaratoria, en la trayectoria de los dos últimos presidentes del gobierno después de su jubilación, pero que tiene relación con las cuestiones que tratamos; Gonzalez al servicio de Carlos Slim, la primera fortuna de Mexico y “asesorando”, cuando se reunen, a las mayores fortunas de America Latina, Santodomingo de Colombia, Cisneros de Venezuela, etc y Aznar cobrando un salario de Robert Murdoch, gran empresario a nivel mundial y uno de los poderosos más reaccionarios del planeta. Es una anécdota, pero esclarecedora, de a quien sirvieron y como se les pagan los favores.



Lo preocupante es, que frente a la política económica de defensa de los intereses de la burguesía que llevan adelante PSOE y PP, no existe una política de clase que se confronte con la misma, al servicio y en defensa de los intereses de l@s trabajador@s; como sucedía hace unos años cuando se planteó el tema de la jornada laboral de 35 horas sin reducción de salario lo que implicaba toda una serie de medidas que significaban romper con el llamado “pensamiento único” que tiene como objetivo hacer creer, a base de repetición en los medios y por parte de la mayoría de las organizaciones políticas, que las medidas que se toman son las únicas posibles, que las alternativas son quiméricas.



La batalla por las 35 horas, era también una batalla por toda una serie de reivindicaciones, que han casi desaparecido en su conjunto, del panorama político; el tema de la democracia participativa que supere el tinglado actual que solo permite el control de ciertas instituciones del estado a los sectores políticos que representan a grupos de la misma oligarquía; por una república federal que elimine uno de los elementos fundamentales del estado heredados del franquismo, la monarquía; la construcción de una nueva sociedad, mas igualitaria y ecológicamente sostenible, donde se plasmase una nueva relación entre los géneros, etc. Era en suma una batalla por una opción de civilización distinta, capaz de aglutinar a los sectores más desfavorecidos de la sociedad para plantarle cara al pensamiento único neoliberal e impugnar sus políticas económicas.



Cuando hoy observamos a sectores de la hasta hace poco izquierda crítica y alternativa, al servicio de las políticas que antes combatían, no debemos dejarnos corromper por el desánimo, y si pensar que cuanto antes comencemos la reconstrucción, antes alcanzaremos nuestros objetivos.



C. Dafonte



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