Ángeles Maestro
Ponencia
escrita para el Congreso Internacional:
Marx em
Maio – Perspectivas para el Siglo XXI.
Lisboa: 3,
4 y 5 de Mayo de 2012
I. Agudización
de las contradicciones interimperialistas en el marco de una profunda
crisis capitalista.
I.a. Una crisis del
capitalismo de dimensiones históricas
I.b. Importantes cambios en la estructura económica mundial.
II. Oriente Medio
escenario permanente de guerra.
III. Un
siglo de intervención y saqueo colonial en Oriente Medio.
De Sikes-Picot a la devastación de Iraq en 1991.
III.a.
El acuerdo franco-británico de Sikes-Picot, un antecedente histórico básico.
III.b.
Irán e Iraq. La soberanía nacional y la industria petrolera.
III.c. La guerra Irán-Iraq, primera
Guerra del Golfo.
III.d. El ataque a Iraq de
1991, empieza la cacería.
IV. El Consejo de Seguridad
herramienta de aniquilación de pueblos a
manos del imperialismo: Iraq de
1991 a 2003.
V. La
OTAN pieza clave, política y militar, en la estrategia
imperialista en
Oriente Medio.
V.a.
El Diálogo Mediterráneo de la OTAN
V.b.
El eje EE.UU., Israel y Turquía.
Vc.
El cambio estratégico de la OTAN en la Cumbre de 1999
V.d.
El Gran Oriente Medio y el Gran Israel. La estrategia neocolonial
un siglo después.
V.e.
La Iniciativa de Cooperación de Estambul (ICE)
V.f. Líbano, un eslabón difícil en la
geoestrategia imperial
V.g. La destrucción de Libia
VI. Nuevas
contradicciones, nuevas alianzas
VII. Decadencia
económica y hegemonía militar.
VII.a. Escalada en los preparativos de guerra en Oriente Medio
VII.b. El cerco a Rusia
VII.c. China, el enemigo
principal
VIII. Últimos datos sobre el explosivo tablero árabe.
VIII.a.
Egipto
VIII.b. Palestina
IX. Un
futuro abierto: Comunismo o barbarie.
I. Agudización de las contradicciones
interimperialistas en el marco de una profunda crisis capitalista.
I.a. Una
crisis del capitalismo de dimensiones históricas.
Si el
capitalismo llegó al mundo chorreando lodo y sangre, el imperialismo en
periodos de crisis tan profunda como la actual muestra su determinación a
destruir todo lo vivo para seguir alargando su agonía. Cuando la mano invisible
del mercado se debilita hasta la extenuación, el puño de hierro se hace más
mortífero que nunca. En estas condiciones la extracción de plusvalía sólo se
asegura incrementando exponencialmente la explotación y la lucha a muerte por
las materias primas dibuja nuevos escenarios de guerra. Lenin, en el prólogo de
“El imperialismo, fase superior del capitalismo”, escrito en abril de 1917 nos
recuerda: “Quiero abrigar la esperanza de que mi folleto ayudará a orientar en
la cuestión económica fundamental, sin cuyo estudio es imposible comprender
nada en la apreciación de la guerra y de la política actuales, a saber: la
cuestión de la esencia económica del imperialismo”(1)
En el mismo
gráfico se observa el crecimiento espectacular de los productos financieros
derivados que comienza precisamente cuando la crisis debiera haber tocado fondo
y haberse iniciado el crecimiento. El estallido de la burbuja especulativa en
2007 haría de detonante de la fase más intensa de la crisis general. Se pone
así de manifiesto una vez más el recurso al crédito como intento desesperado de
salida de la crisis por parte de un “capitalismo que lleva en su seno los
gérmenes de su propia destrucción”(3). El crédito en las proporciones
delirantes actuales, como en otras etapas históricas, no hace más que posponer
la explosión y agigantar sus dimensiones. Unos elementos que dan cuenta de gran
intensidad de la crisis es que desde 2008 la masa financiera mundial ha dejado
de crecer y la capitalización bursátil está estancada.
El siguiente
gráfico, tomado también de Jorge Beinstein, se muestra cómo, rompiendo la
tendencia observada en ciclos largos anteriores, el quinto periodo de
crecimiento que hubiera debido iniciarse a comienzos de los noventa del siglo
pasado no ha hecho su aparición, ni tiene visos de hacerlo. Llama la atención
que la fase de descenso – que ha tenido una duración promedio de 22,6 años en
ciclos anteriores - dura ya más de 40 años, a pesar de que sí se produjeron los
avances científicos-técnicos en materia de informática, biotecnología y nuevos
materiales, que en otras etapas históricas de la historia del capitalismo
contribuyeron decisivamente a la aparición de la fase ascendente, como señala
el autor citado.
I.b.
Importantes cambios en la estructura económica mundial.
Si bien la
crisis del capitalismo tiene carácter sistémico y afecta a todos los países del
planeta, en el transcurso de su desarrollo se desvelan con mayor claridad las grandes
diferencias con que afecta a los diferentes territorios. El proceso muestra
que, como manifestación de la ley del desarrollo desigual y combinado, en un
marco general de crisis con una caída general de los productos brutos de todos
los estados, la recesión es muy fuerte en la mayor parte de la Unión Europea y
en EE.EE, mientras que en países emergentes como los llamados BRICS (Brasil,
Rusia, China, India y Sudáfrica) y en otros países de Asia y América Latina, la
crisis se refleja en una desaceleración del crecimiento.
El primer
elemento destacado es la prevista pérdida de la hegemonía económica por EE.UU.
a corto plazo. Goldman Sachs situaba ese acontecimiento en 2026, pero un
reciente estudio de PWC (4 ) prevé que China se convierta en primera potencia
mundial en 2018 (5). Así mismo el estudio prevé que el grupo de países
integrado por India, China, Rusia, Brasil, México y Turquía supere para la
misma fecha al G-7 integrado por EE.UU. Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña,
Francia y Canadá.
Datos recientes
vienen a confirmar estas aseveraciones. Brasil acaba de hacer públicos los
datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística según los cuales su
crecimiento en 2011 fue del 2,7%. Esta cifra supone un retroceso significativo
con respecto a la del año anterior en el que su crecimiento fue del 7,5%,
reflejando el impacto de la profunda crisis mundial en curso. No obstante, ese
débil aumento le ha permitido desbancar a Gran Bretaña como sexta potencia
mundial (6) que tuvo en 2011 un crecimiento mucho menor, el 0,5% (7).
Algo semejante
ocurre con el consumo de petróleo. La Agencia Internacional de la Energía prevé
un descenso promedio mundial calculado en 750.000 barriles/día, pero mientras
las potencias occidentales han tenido una reducción de dos millones de
barriles/día entre 2008 y 2011, en China se ha producido un aumento de la misma
cantidad. A pesar del descenso global del consumo, los precios no cesan de
aumentar. Todos los pronósticos para 2012 indican que el precio del barril
Brent oscilará en 2012 entre los 100 y los 120 dólares, “debido a que las
preocupaciones por el suministro pesan más que los temores por el lento
crecimiento económico mundial”(8).
El
estancamiento en la producción de petróleo y la caída en la misma, prevista
para los próximos años, es el factor principal que interviene en el aumento del
precio. Es mucho más importante que hechos tan relevantes como el riesgo de
guerra en Irán y el más que probable cierre del Estrecho de Ormuz a quien se
atribuye una subida del precio del barril entre 10 y 15 dólares (9). Otra cosa
es que un ataque de EE.UU o de Israel a Siria o a Irán encienda la mecha de una
reacción en cadena que abarque al conjunto de Oriente Medio.
Estos
elementos combinados, crisis estructural, agotamiento de recursos energéticos,
exacerbación del expolio de materias primas mediante guerras y cambios en la
hegemonía económica que no coinciden con el liderazgo en la dominación militar, configuran un panorama de
gran inestabilidad. El capitalismo en crisis intensifica el recurso a la
violencia y a la sobre-explotación. Sus atisbos de legitimidad se pierden y la
represión se agudiza. La inteligencia, la capacidad de organización, la
voluntad de lucha y la decisión de la clase obrera y de los pueblos tienen la
palabra.
II.
Oriente Medio escenario permanente de guerra.
Desde el
hundimiento de la URSS Oriente Medio es la clave de bóveda de la estrategia del
imperialismo euro-estadounidense, que tiene su epicentro en el expansionismo
sionista. Desde finales de la década de los 70, época en la que tanto Irán como
Iraq nacionalizan su petróleo, la agudización de las contradicciones entre un
imperialismo decadente pero con ventajas militares representado por EE.UU, la
UE y la OTAN – en cuya urdimbre central siempre se encuentra el Estado de
Israel - va perfilando el enfrentamiento entre este bloque y países como Rusia,
y sobre todo China, que perciben con claridad creciente que se sitúan en el
centro de su objetivo.
Por ahora, la
partida se ha ido jugando en lo militar sobre el cuerpo de países intermedios
como Iraq, Afganistán, la ex
Yugoslavia, Libia. Ahora apunta hacia Siria e Irán.
También se han producido importantes acontecimientos que entorpecen los planes
imperiales como la derrota de Israel en 2006 por la resistencia libanesa
hegemonizada por Hezbollah, algunas de las movilizaciones populares de 2011 en
determinados países árabes como Egipto o los avatares de Palestina y los
diferentes intentos de neutralizar su potencial de catalizador de la unidad
antisionista árabe y musulmana.
Los principios
fundamentales del análisis científico exigen situar el fenómeno en el devenir
histórico de su desarrollo y en sus relaciones. En un proceso social de la
complejidad del imperialismo, aislar los acontecimientos en un país del mundo
de su contexto regional y su evolución en relación con la geoestrategia
imperialista conduce a cometer errores muy graves, como aquellos en los que han
caído una buena parte de las organizaciones de la izquierda europeas que,
deslumbradas por la propaganda sobre los derechos humanos o sobre el carácter
genuinamente “popular” de determinadas rebeliones, han jugado el penoso papel
de comparsas del imperialismo.
El objetivo de
este trabajo es analizar cómo el imperialismo ha utilizado los conflictos
históricos entre los diferentes estados de la región y el baile de alianzas
entre ellos, así como la exacerbación de los conflictos internos - en
definitiva el “divide y vencerás” - para asegurar su hegemonía depredadora en
las últimas décadas. Se revisará para ello el papel jugado en cada conflicto
por cada uno de los estados en el Consejo de Seguridad de la ONU y el rol
desempeñado por la OTAN como instrumento militar y diplomático, forjador de
nuevas alianzas en la región. Se analizarán las nuevas relaciones entre Rusia y
China, la guerra de baja intensidad contra Siria e Irán y el nuevo escenario
militar en un amplio territorio centrado en Oriente Medio, pero que se extiende
por Asia e incluye desde el Mediterráneo al Océano Pacífico. Finalmente se
valorará un escenario incierto en el que los planes del imperialismo euro-
estadounidense encuentran cada vez más obstáculos para realizarse.
Identificar
los intereses del imperialismo en Oriente Medio, sus objetivos económicos y
geoestratégicos, sus alianzas y sus debilidades es vital para enfrentar desde
la resistencia antiimperialista los planes de dominación de un monstruo en
declive pero con una capacidad de destrucción que no dudará en utilizar, como
ha demostrado.
Tanto para la
lucha de clases en cada nación y en cada Estado, como para el combate de cada
pueblo por su soberanía y tanto o más en el plano internacional, la solidaridad
internacionalista es vital.
III. Un
siglo de intervención y saqueo colonial en Oriente Medio. De Sikes-Picot a la
devastación de Iraq en 1991
III.a. El
acuerdo franco-británico de Sikes-Picot, un antecedente histórico básico.
La comprensión
de las claves actuales de la injerencia imperialista en Oriente Medio requiere retrotraerse a
acontecimientos sucedidos hace casi un siglo. En 1908 se descubrió el petróleo
en Irán que desde el primer momento estuvo controlado por compañías británicas.
Pronto le seguirían hallazgos semejantes en Iraq y el Golfo Pérsico. En plena
Guerra Mundial, en 1916, Francia, Rusia y Gran Bretaña acordaron mediante el
Tratado de Sikes-Picot el reparto de Oriente Medio tras la derrota del Imperio
Otomano, aliado de Alemania, una vez finalizada la contienda. Francia obtenía
el control de la zona que hoy ocupan Siria, Líbano y una parte de Turquía, a la
que se añadía un área de influencia que llegaba hasta Mosul (hoy Iraq). Gran
Bretaña recibió la zona que hoy ocupan
Iraq - excepto la parte norte de Mosul - y Kuwait, más un área de
influencia que incluía la actual Jordania, Palestina y una parte de Arabia
Saudí. La Rusia zarista debía conseguir la ansiada salida al Mediterráneo a
través de los Dardanelos, remitiendo su realización al final de la guerra. La
Paz de Brest-Litovsk firmada en 1918 entre la recién nacida URSS y Alemania
eximió al eje franco-británico de cumplir su compromiso.
Gran Bretaña
ocupaba Siria y Palestina desde que en 1917 derrotara al imperio otomano. La
Sociedad de Naciones otorgó formalmente Palestina, mediante un Mandato, a Gran
Bretaña en 1920. El Mandato se mantuvo hasta que a finales de la II Guerra
Mundial, en 1948, la recién creada ONU repartió el territorio y creó el Estado
de Israel. Comenzaba Al Naqba, el Gran Desastre del genocidio palestino.
El reparto de
zonas de influencia entre las potencias coloniales se hizo contando con la
colaboración de las fuerzas vivas locales, conseguida no sólo con sobornos. Los
colonizadores vendieron con éxito su apoyo a la lucha árabe por la
independencia frente a los opresores otomanos mientras ponían en marcha sus
propios mecanismos de dominación y saqueo de la zona.
Los nuevos
dueños crearon estados títere y establecieron las fronteras actuales. El propio
diseño de los nuevos estados árabes como Iraq, Jordania, Siria, Líbano o Kuwait
– con escuadra y cartabón como recuerdan sus pueblos – por parte Francia y Gran
Bretaña, obedeció a los intereses de control a largo plazo de la zona, creando
zonas de inestabilidad y de litigio que facilitaran intervenciones
“pacificadoras” de las grandes potencias. EE.UU. heredó, como es sabido, el
imperio colonial inglés manteniendo una estrecha alianza con Gran Bretaña.
Como puede
observarse la historia parece repetirse. La estrategia imperialista en Oriente
Medio repite métodos y áreas de influencia con el objetivo de conseguir la
reordenación colonial de la región. Hasta la destrucción de Libia la estrategia
funcionó. No está tan claro que lo siga haciendo en el futuro.
III.b.
Irán e Iraq. La soberanía nacional y la industria petrolera.
El diseño de
Sikes-Picot empieza a resquebrajarse en la década de los cincuenta. Importantes
países de la zona depusieron a las monarquías impuestas y supeditadas a las
potencias coloniales, y nacionalizaron sus recursos petrolíferos.
El
imperialismo anglo-estadounidense fuertemente anclado sobre el Estado sionista
- puso en marcha sus planes con el objetivo de colocar nuevamente la región
bajo su control. Iraq e Irán eran las piezas clave.
Iraq e Irán
son dos destacadas potencias regionales que, sobre todo desde que se sacudieron
el yugo colonial, consiguieron un importante desarrollo demográfico y
tecnológico, con una fuerte identidad nacional. Ambos países se sitúan en los
primeros lugares del mundo en cuanto a reservas y producción de petróleo y gas
de gran calidad y con bajos costes de extracción. Irán produce cerca de 4
millones de barriles por día. Iraq extraía, antes de 1991, 3 millones de
barriles diarios y cuenta con las segundas más grandes reservas del mundo.
Iraq, junto a
Palestina, era un referente de la identidad árabe, con políticas claramente
antisionistas y antimperialistas. Nacionalizó su petróleo en 1972 – al tiempo
que lo hicieron Argelia y Libia – después de un periodo de revueltas populares
que acabaron con la monarquía títere de Gran Bretaña. A la expropiación de la
compañía británica Irak Petroleum Company le sucedió un embargo total que duró
varios años durante el cual, según recuerda el pueblo iraquí, “sólo comieron
dátiles”.
En Irán, en
1953, el primer ministro Mohammad Mosaddeq fue derrocado mediante un golpe
orquestado por británicos y estadounidenses a través de la CIA y el MI6, tras
nacionalizar el petróleo en 1951 y declarar nulos los acuerdos de concesión de
la explotación del petróleo a empresas extranjeras. La mayor parte de la
industria petrolera estaba en poder de la Anglo-Iranian Oli Company (más tarde
British Petroleum Company).
El Sha,
impuesto por ambas potencias, gobernó con su apoyo mediante una brutal
dictadura militar, la criminal policía secreta Savak, y una ley marcial
permanente. Durante los 25 años de gobierno del Sha el petróleo iraní estuvo en
manos de un consorcio hegemonizado por firmas estadounidenses. Su derrocamiento
en enero de 1979 fue provocado en lo inmediato por una prolongada huelga de los
37.000 trabajadores del petróleo que hizo descender la producción de 6 millones
de barriles diarios a 1,5. El precio del petróleo se multiplicó por 2,7 entre
1978 y 1981.
En 1979, una
de las primeras medidas del nuevo Consejo de la Revolución fue declarar nulos
todos los tratados de explotación de compañías extranjeras, aunque Irán siguió
dependiendo de empresas foráneas para los procesos tecnológicos más complejos.
En agosto de 2011 el presidente Ahmadineyad nacionalizó por completo la
industria petrolera.
A pesar de la
fuerza que les da la posesión de la materia prima esencial para el funcionamiento de los países
industrializados, una sola vez en la historia los países integrantes de la OPEP
han utilizado el petróleo como arma antiimperialista. Ocurrió durante la guerra
del Yom Kipur en 1973 iniciada por la ofensiva de Siria y Egipto contra Israel en
respuesta a la Guerra de los Seis Días (1967), por la que el estado sionista se
apropió de Sinaí, los Altos del Golán, Cisjordania y Jerusalén Este. Por
iniciativa de los países árabes e Irán integrantes de la OPEP se redujo
drásticamente la producción de petróleo y se declaró un embargo progresivo a
las potencias occidentales por su apoyo a Israel, lo que provocó una gran
escalada de los precios con graves repercusiones económicas.
III.c. La
guerra Irán-Iraq, primera Guerra del Golfo.
Desde 1980
hasta 1988 Iraq e Irán se desangraron y debilitaron enormemente en una guerra
sin vencedor claro que dejó más de un millón de muertos. Iraq recibió
importante apoyo técnico y armamentístico de EE.UU, directamente interesado en
desgastar a un Irán que había salido decididamente de su órbita tras el
derrocamiento del Sha un año antes. Irán fue respaldado por Siria y Libia.
Bien conocido
es el affaire Iran – Contra (9a), operación mediante la cual el Gobierno de
Reagan vendió armas a Irán – violando el embargo por él decretado - por valor
de 47 millones de dólares con los que financió a la Contra nicaragüense. Henry
Kissinger, en el transcurso de la guerra afirmó: “Espero que no gane ninguno y
que se maten mutuamente”. Parafraseaba a Harry Truman presidente de EE.UU
durante la II Guerra Mundial quien en 1941 proponía: “Si los alemanes están a punto de ganar, se
debe ayudar a los rusos, y si los rusos empiezan a imponerse, hay que ayudar a
los alemanes, y que se maten mutuamente, cuanto más mejor”. Ambos explicitaron
una de las constantes de la política exterior y de guerra del imperialismo
norteamericano.
Sin entrar en
detalles el saldo fue claro: dos potencias independientes, dueñas de ingentes
recursos energéticos quedaron enormemente desgastadas y profundamente enfrentadas.
III.d. El
ataque a Iraq de 1991, empieza la cacería.
Tras la guerra
contra Irán, Iraq quedó muy debilitado económicamente. Había contraído
importantes deudas con los países del Golfo, estimadas en 80.000 millones de
dólares, y se había visto obligado a reducir drásticamente su producción de
petróleo de 2 millones y medio a 600.000 barriles por día.
En la reunión
de la OPEP mantenida el 26 de julio de 1990 se produjo un grave enfrentamiento
entre Iraq y Kuwait por la propuesta de este último de reducir el precio del
petróleo a 14 dólares aumentando sustancialmente la producción. Iraq pretendía
situarlo entre 18 y 25 dólares, nivel imprescindible para financiar su
recuperación. Por otra parte Iraq se había quedado sin salida al mar tras la destrucción
de las instalaciones del estuario del Tigris y el Eúfrates en Chat el Arab, en
la guerra con Irán, y necesitaba utilizar la franja costera kuwaití, objeto también
de históricas reivindicaciones territoriales.
El 2 de agosto
de 1990 Iraq decide invadir este país. Kuwait formaba parte del territorio
histórico de Iraq y fue escindido
artificialmente por Gran Bretaña 70 años antes, donde colocó una monarquía
títere. El objetivo fue desgajar de Iraq un territorio repleto de petróleo,
usurparle su salida al mar y utilizarlo como palanca de desestabilización de la
zona. La perspectiva histórica y los acontecimientos sucedidos permiten afirmar
que el gobierno iraquí mordió el anzuelo de una provocación que formaba parte
de planes geoestratégicos del imperialismo sobre Oriente Medio. George H.W.
Bush en su discurso ante la ONU el 11 de septiembre de 1990 (10) anuncia el
proyecto geoestratégico de Nuevo Orden Mundial: “Lo que está en juego es más
que un pequeño país, es una gran idea, un Nuevo Orden Mundial”. Las bellas
palabras con que adornó el discurso las concretaría poco después el Secretario
de Estado James Baker en una entrevista con el vicepresidente iraquí Tarek Aziz
el 9 de enero de 1991: “nuestras fuerzas harán que Iraq vuelva a la era
preindustrial”.
El 16 de enero
de 1991 se inició la devastación de Iraq. Durante 42 días, EE.UU. la mayor
potencia imperial del mundo lanzaba sobre un país periférico, de 20 millones de
habitantes y con nivel de desarrollo medio, 109.876 misiones de bombardeos, una
cada 34 segundos, que dejaron 88.500 toneladas de bombas (11), siete veces y
media más que las que la misma potencia arrojó en 1945 sobre Hiroshima.
El horror sin
límites de la población iraquí que vio aniquiladas sus fábricas, refinerías,
infraestructuras de todo tipo, escuelas hospitales, carreteras… etc, junto a su
medio millón de muertos, llegó al resto del mundo en forma de lucecitas de
colores en la pantalla del televisor. A continuación, doce largos años de
embargo decretado por el Consejo de Seguridad de la ONU debilitaron el país
hasta la extenuación. Un millón y medio de iraquíes, la mayor parte de ellos
menores de 5 años, murieron directamente como consecuencia de las sanciones.
Madeleine Albright respondió en una entrevista con la CBS, mientras era todavía
representante permanente de EE.UU. en el Consejo de Seguridad de la ONU, a la
pregunta de si valía la pena pagar el precio de la muerte de 800.000 niños
iraquíes: “Fue una elección difícil, pero sí, valió la pena pagar ese
precio”(12).
El ataque fue
realizado por una coalición multinacional liderada por EE.UU. y Gran Bretaña,
en la que participaron Arabia Saudita, Egipto, Siria y Francia. Japón y
Alemania contribuyeron generosamente a su financiación. La Comunidad Económica
Europea calló otorgando, mientras los países miembros, el Estado español
incluido, reafirmaban con el envío de tropas y el apoyo logístico su compromiso
con la OTAN. La implicación directa de la OTAN, que si participó en la
Operación Southern Guard de “precaución y apoyo”, fue impedida por la oposición
de Francia y Alemania, países que, no obstante, apoyaron en diferente medida el
ataque. El Estado español también participó en el marco de la OTAN (13) y sobre
todo con las Bases de Rota y de Morón, que sirvieron de inmensos portaaviones
en el ataque.
Turquía, país
miembro de la OTAN, tampoco envió tropas, aunque su participación fue decisiva
facilitando el uso intensivo de la base estadounidense de Incerlik, cercana a
la frontera turco-iraquí, desde el que despegaban y al que volvían los
bombarderos.
Israel no
participó, al menos públicamente, en ninguna operación militar, pero recibió en
su territorio el impacto de 39 misiles Scud, disparados desde Iraq. La
pasividad aparente del estado sionista era clave para lograr lo que poco tiempo
atrás parecía imposible: la presencia de tropas de tres países árabes en un
ataque militar dirigido por EE.UU. contra otro. Además de Arabia Saudí, la
participación de Egipto, que ocupa el tercer lugar del mundo entre los mayores
receptores de ayuda militar de EE.UU. (detrás de Israel y Colombia) desde que
firmó el acuerdo de paz con Israel en 1979, era previsible. No obstante Mubarak
enfrentó una altísima tensión interna fruto de la masiva oposición popular al
ataque a Iraq.
Siria por su
parte jugó su baza en un tablero mucho más pequeño: el de su influencia en
Líbano. A cambio de cumplir la función estratégica para el imperialismo de
contribuir decisivamente a dar fachada árabe al ataque a Iraq, consiguió que
EE.UU. y Francia retiraran su apoyo al gobierno anti-sirio del General Aoun,
que inmediatamente cayó.
IV. El
Consejo de Seguridad herramienta de aniquilación de pueblos en manos del
imperialismo: Iraq de 1991 a 2003.
Dos años antes
del inicio de los bombardeos sobre Iraq, en 1989, conocido en determinados
círculos como “el año de los milagros” seguramente por la importante
participación en la conspiración del Papa Wojtyla, se producía el hundimiento
de la URSS. Sin entrar en otras consideraciones vale la pena retener estos datos: el PNB de Rusia en 1997 era la mitad
del de 1989, el de Armenia y Georgia era el 30%. La tasa de mortalidad general
aumentó un 42% (13a). 1991, el año del ataque a Iraq, fue también el año clave
de la desintegración de la URSS. Boris Yeltsin comunica el 24 de diciembre de 1991
la sustitución de esta última por Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU.
La URSS, el gran contrapeso a los objetivos imperiales de EE.UU., había
colapsado.
Las catorce
Resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de la ONU relativas a Iraq (14),
desde la 660 del 2 de agosto de 1990 hasta la 687 del 3 de abril de 1991 por la
que se establecen las condiciones de Alto el Fuego inauguraron una etapa
inconclusa de violaciones sistemáticas de los principios fundamentales del
Derecho Internacional por parte de máximo órgano con competencias para
aplicarlos.
Los treinta
años transcurridos desde el primer ataque a Iraq a los bombardeos de la OTAN
sobre Libia, pasando por la ex
Yugoslavia, Afganistán, la invasión de Iraq, Líbano y
Palestina, han marcado la sustitución de la ONU por la Alianza Atlántica y el
Derecho Internacional por la Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU.
El Consejo de
Seguridad, desaparecido el contrapeso de la URSS, jugaba entonces, por primera
vez desde su creación tras la II Guerra Mundial, el vergonzante papel de
legitimador del ataque de una gran potencia contra un país del tercer mundo y
de protagonista en la aplicación
del embargo genocida decretado
tras la invasión de Kuwait, que asolaría el país durante los doce años siguientes.
Ningún país
con derecho a veto, Rusia y China se abstuvieron, se opuso al embargo
(Resolución 660), ni al masivo ataque, legalizado mediante el eufemismo
“utilizar todos los medios necesarios” para asegurar el embargo
(Resolución670). Sólo dos pequeñas naciones, Cuba y Yemen (este último único
país árabe, en ese momento, en el Consejo de Seguridad), resistieron las
fortísimas presiones y amenazas que se les hicieron y votaron en contra.
Las sanciones
adoptadas cumplieron los siguientes objetivos:
- Destruir la
capacidad militar de Iraq y evitar su rearme.
- Bloquear su
desarrollo científico y tecnológico mediante su aislamiento y la congelación
de sus importaciones, a lo que hay que
añadir el asesinato selectivo de sus hombres de ciencia ejecutado por el
Mossad.
- El control
absoluto de los ingresos obtenidos por la venta de petróleo y de sus haberes en
el exterior que irían destinados a sufragar la “ayuda humanitaria, el pago de
la deuda de guerra – al cual el país destinaba 1/3 de sus exportaciones desde
1991 y debía finalizar en 2125 – así como la financiación de los gastos de las
diferentes agencias de la ONU presentes en Iraq.
Era la primera
vez desde la II Guerra Mundial que se producía un ataque de esas dimensiones, por parte grandes potencias
sobre un país periférico. Se inauguraba una época cuyas líneas maestras: guerra
mediática, bombardeos masivos y participación en el ataque de estados vecinos,
embargo general y sostenido, e invasión, no han dejado de desarrollarse (14a).
El primer objetivo
era destruir el estado árabe que con un
nivel de desarrollo más alto posibilitado por una exitosa mezcla de recursos
económicos, demográficos y científicos, era el más firme baluarte de
nacionalismo panarabista y por ello símbolo, junto a Palestina, de la identidad
árabe. La devolución de Iraq a la Edad media estaba en vías de realizarse
El
debilitamiento de Iraq mediante la acción combinada de la guerra y el embargo
iniciaba un proceso de dominación regional mucho más amplio. Pretendía el
control in situ de los yacimientos de petróleo y gas, la presencia militar
directa para “proteger los oleoductos”, todo ello en el marco de un ambicioso
plan destinado a forzar una inserción
integral (económica, militar, social y cultural) de los países árabes de la
zona en el capitalismo neoliberal, bajo la hegemonía de Israel.
El segundo era
romper cualquier vestigio de unidad árabe. La participación militar directa de
Arabia Saudita y, sobre todo, de Siria y Egipto, marcó un hito en el
sometimiento de los gobiernos árabes a los planes de EE.UU. e Israel y encendió
la mecha del polvorín del enfrentamiento de los primeros con una “calle árabe”
de bien acreditada rebeldía.
El tercero
trataba de domesticar la OLP y de destruirla como referente de liberación de su
pueblo. En el convincente escenario de la devastación de Iraq, el objetivo era
reconducir el conflicto árabe israelí y transformándolo en israelo-palestino, e
inaugurar un “proceso de paz”, abierto desde entonces, que niega las
reivindicaciones nacionales palestinas, además de la liberación de los presos y
el regreso de los refugiados.
El cuarto
tenía por meta poner en escena la mayor estrategia de manipulación informativa
a escala mundial destinada a demonizar al régimen iraquí para justificar la
intervención y neutralizar la capacidad de respuesta de los pueblos ante la
masacre.
En 2003 una
coalición liderada por EE.UU, Gran Bretaña y España – el Trío de las Azores –
invadió Iraq. Millones de personas en todo el mundo clamaron contra la guerra.
No se consiguió parar pero la deslegitimación de los gobiernos inició un
proceso que no ha hecho más que profundizarse.
La invasión y
ocupación de Iraq ha deja un país arrasado. Un millón de muertos, millón y
medio – al menos – de exiliados, la capacidad productiva destrozada, las
infraestructuras y los servicios públicos aniquilados, toneladas de uranio
empobrecido contaminando su suelo y dejando su estela permanente de enfermedad
y muerte, su patrimonio artístico en buena parte expoliado, la soberanía del
país borrada, la violencia sectaria persistiendo y enconándose.
Los
responsables de uno de los mayores Crímenes contra la Humanidad no han sido
procesados.
V. La OTAN
pieza clave, política y militar, en la estrategia imperialista en Oriente Medio
V.a. El
Diálogo Mediterráneo de la OTAN
En 1994, la
División de Diplomacia Pública de la Alianza (DDPA) que tan bien había jugado
su papel promoviendo la Alianza Para la Paz, destinada a destruir el bloque de
países socialistas del Este de Europa cambia de objetivos. Tras cumplir su
misión con el hundimiento de la URSS, y culminar su función de suavizar
resistencias y compra de dirigentes en los países del extinto Pacto de Varsovia
para engrasar su ingreso en la OTAN, decide declarar al Norte de África y a
Oriente Medio objetivos prioritarios.
La misma DDPA
lanza la iniciativa del Diálogo Mediterráneo, que desde el primer momento es
apoyada por Egipto, Israel, Mauritania, Marruecos y Túnez, incorporándose
después Jordania (1995) y Argelia (2000). Su finalidad es promover una asociación
militar de los estados implicados entre sí y teniendo a Israel como un socio
más, bajo la égida de la OTAN. Para ello
realiza un trabajo sistemático y sostenido, semejante al que desarrolló durante
décadas en los Países del Pacto de Varsovia, dirigido a altos cargos militares,
políticos, académicos, empresarios, sindicalistas, expertos, líderes de
opinión, periodistas, etc, mediante subvenciones, cursos de formación, viajes a
EE.UU. y sobornos de todo tipo. El objetivo era cambiar radicalmente una
opinión pública árabe que identificaba al Estado sionista y a sus aliados
imperialistas como sus enemigos históricos y que había impedido la
participación directa de Israel y de la OTAN en el ataque a Iraq.
Nicola de
Santis, Coordinador para los países del Diálogo Mediterráneo y la ICI
[Iniciativa de Cooperación de Estambul] en la División de Diplomacia Pública de
la OTAN formula así sus objetivos: “El Diálogo Mediterráneo nació para promover
la seguridad y estabilidad regionales, mejorar la comprensión mutua entre la
OTAN y sus Socios mediterráneos, corregir la imagen distorsionada que algunos
de los países participantes tenían de la Alianza, y fomentar unas buenas
relaciones de amistad en toda la región. Además pretende complementar otras
iniciativas internacionales relativas a esta región, como el Proceso de
Barcelona de la Unión Europea y la Iniciativa Mediterránea de la Organización
para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE)”(16).
Estos amables
propósitos encubrían realidades más pragmáticas como eran: la participación de
estos países en maniobras de la OTAN, la planificación “conjunta” de la reforma
de sus fuerzas armadas, incluida la compra masiva de armamento a EE.UU. y otros
países de la OTAN (17), la formación de militares, la estrecha vinculación en
materia de servicios secretos, el apoyo mutuo en la lucha antiterrorista, etc.
Como expresión
palpable del nivel de integración alcanzado sirve la siguiente información
proporcionada por el mismo De Santis en 2004: “Dentro del contexto de estas operaciones
cabe reseñar que uno de los países del Diálogo Mediterráneo, Marruecos,
participa en la Fuerza de Estabilización de Bosnia-Herzegovina y en la Fuerza
para Kosovo, y que otros dos, Egipto y Jordania, aportaron en el pasado tropas
a las operaciones de la OTAN en Bosnia-Herzegovina. Y es posible que los países
del Diálogo Mediterráneo quieran participar en la Operación Active Endeavour,
la misión marítima de la Alianza que debe detectar, disuadir y desarticular
cualquier posible actividad terrorista en el Mediterráneo”(18).
V.b. El
eje EE.UU., Israel y Turquía.
El mismo año
1994 EE.UU. patrocina otra iniciativa en la región de gran trascendencia y
destinada a caminar a gran velocidad. Se trata del llamado Acuerdo de Seguridad
Secreto entre Turquía e Israel que además de acercar decisivamente a Israel a
la OTAN, tiene importantes consecuencias en el ámbito regional. El acuerdo se
dirige sistemáticamente contra Iraq, Irán y Siria, países todos ellos
fronterizos con Turquía y enfrentados a Israel por sus conexiones con la
resistencia palestina y libanesa.
La alianza
militar entre Israel y Turquía, primer y cuarto país del mundo,
respectivamente, en el ranking de receptores de ayuda militar de EE.UU,
respondía a fuertes intereses comunes vinculados al control del transporte de
hidrocarburos y al objetivo estratégico de Israel de apropiarse de las riquezas
hídricas de la zona. La asociación del estado sionista con Turquía facilitaba
enormemente esta tarea, al tiempo que les reforzaba frente a Siria y Líbano.
Ignacio
Gutierrez de Terán informa en un interesante artículo de 1998, (19) que:
Israel.. “controla parcial o totalmente la ribera occidental del Jordán, el
lago Tiberíades, los altos del Golán (ricos en manantiales), el Yarmuk y los
ríos Litani y Hasbani en Líbano, disponiendo en algunos casos de plena potestad
para decidir las cuotas de racionamiento a países vecinos, como Jordania,
obligada a regatear los cupos en las conversaciones de paz. O también puede
utilizar el agua como soga gruesa con la que atenazar los territorios autónomos
palestinos que, en este aspecto y en casi todos los demás, no tienen plena
autonomía sobre sus propios recursos hídricos. Si las aguas ya bajaban turbias
para Siria y los países árabes de la región entre el aluvión israelí y las
últimas obras hidráulicas turcas en los ríos Éufrates y Tigris (que afectan
especialmente a Siria e Iraq), el acuerdo militar de 1996 ha encendido todas
las luces de alarma. Y es que tras el tratado firmado por Israel y Turquía, que
mantienen desde hace años diversos programas de colaboración hidráulica y de
técnicas de regadío, el eje Tel Aviv-Ankara se convierte no sólo en una
formidable tenaza militar sino también en el aguador de Oriente Medio”. Uno de
los proyectos más ambiciosos es, efectivamente, captar el agua del Tigris y el
Eúfrates en Turquía, en detrimento de Siria e Iraq y trasladarlo mediante un
acueducto al estado sionista.
El alto grado
de cooperación militar entre Turquía e Israel, alcanzado en tiempo récord, se
reflejó dos años más tarde, en 1998, en al Acuerdo de Capacitación y
Cooperación Militares que incluye la producción conjunta de armamento. Poco
tiempo después ambos países iniciaron conversaciones para lograr un acuerdo de
libre comercio que se hizo efectivo en el año 2000. (20)
Vc. El
cambio estratégico de la OTAN en la Cumbre de 1999
La Cumbre de la OTAN, celebrada en Washington en 1999, a
los 50 años de su creación y en pleno apogeo de sus bombardeos sobre la ex
Yugoslavia, fue financiada por doce grandes empresas multinacionales con
250.000 dólares cada una. Las razones de su interés fueron claramente
explicitadas: "La mayor parte de las firmas del comité de honor venden,
justamente, el tipo de productos más demandado por los mercados emergentes de
Europa oriental y central, (...) su apoyo continúa el activo papel que han
jugado numerosas compañías estadounidenses, sobre todo las que lideran el
sector de la Defensa como Lockheed Martín o Bethesda, en la ampliación de la
OTAN. Estos últimos años, las sociedades militares de EE.UU. han ejercido una
potente presión sobre el Congreso para conseguir la admisión de Hungría,
Polonia y la República Checa. Gerald B. H. Solomon, antiguo diputado y hoy
miembro de estos grupos de presión declaró: "Nosotros queríamos que [estos
países] compren americano” (20a)
El nuevo concepto estratégico de la OTAN se recoge en el
documento titulado: “La Nueva OTAN del siglo XXI”. Lo más destacado es la supresión de las dos restricciones a su
capacidad de actuación contenidas en el Tratado Fundacional de 1949, artículos
5 y 6: La Alianza sólo actuaría en "la defensa de sus Estados
miembros" y la "respuesta militar sólo se produciría tras una
agresión exterior y exclusivamente dentro de sus fronteras".
Las menazas que justificarán intervenciones militares de
la Alianza según la nueva carta aprobada
es la siguiente:
- "proliferación de armas de destrucción masiva"
en países fuera de la OTAN
- "peligros derivados de la amenaza de agresión a
gran escala de grandes potencias regionales con intereses antitéticos a los
nuestros", conflictos étnicos y religiosos, y "apoyo estatal al
terrorismo y a la subversión contra gobiernos amigos". Los movimientos
migratorios masivos son considerados un grave riesgo para "la estabilidad
regional que puede amenazar seriamente y ser un peligro para las propias
fronteras de los países de la OTAN"
- "amenazas a la democracia y a las reformas en la
antigua Unión Soviética, Europa Oriental y otros lugares"
- "amenazas a nuestra seguridad nacional que pudieran
dificultarnos la construcción de una economía fuerte, competitiva y en
crecimiento"
La nueva OTAN, nacida en pleno bombardeo sobre Yugoslavia,
representa la legitimación de la intervención imperialista a escala mundial
bajo la égida de EE.UU. y garantiza su dominación mediante el recurso directo
al uso de la fuerza contra aquellos estados o pueblos que se resistan a los
planes del poder en cualquier rincón del planeta. Se pulverizaron así los
principios básicos del Derecho Internacional y todo el sistema de relaciones
creado en torno a las Naciones Unidas tras la Segunda Guerra Mundial (20b).
A partir de la eliminación de esas limitaciones, cualquier
país del mundo podía – como así ha sucedido -
ser escenario de intervención de la OTAN
sin autorización previa, ni del Consejo de Seguridad de la ONU, ni de
ningún otro organismo internacional, y por cualquier motivo "que pueda
poner en peligro los intereses comunes y los valores de los miembros de la
Alianza". A pesar de que la formulación de la doctrina de la “guerra preventiva”
como “guerra total permanente” o “guerra asimétrica de amplio espectro” que
inauguraría la nueva escalada bélica, no se llevaría a cabo hasta 2001 tras el 11S, es innegable que en
1999 los cimientos estaban puestos.
En febrero de
2003, un mes antes de que comenzara la invasión de Iraq, EE.UU. propuso en el
seno de la OTAN (21) un plan para incrementar espectacularmente la dotación de
armamento a Turquía. El objetivo era contrarrestar la posible respuesta iraquí
ante la participación directa de los turcos en el ataque a su territorio. Se
invocaba de forma absolutamente perversa el artículo 4 de la OTAN por el cual
los países miembros responden solidariamente cuando uno de ellos es atacado. El
criterio es el mismo que se perfeccionará más tarde con el “escudo antimisiles”:
neutralizar la respuesta del país atacado. La diferencia de criterios entre la
UE y EE.UU, en relación con la forma de controlar Iraq, se expresó en la
oposición inicial a la propuesta por parte Francia, Alemania y Bélgica que daba
cuenta del complejo contencioso de la UE con Turquía e impedía la participación
directa de la OTAN en la invasión de Iraq. Finalmente EE.UU. ganó el pulso y se
llevó a cabo la operación de la OTAN Display Deterrence de “protección” de
Turquía.
V.d. El
Gran Oriente Medio y el Gran Israel. La estrategia neocolonial un siglo
después.
El Estado
Israel desde su constitución hasta la fecha se ha negado a definir sus
fronteras. La estrategia expansionista israelí es un elemento clave para
establecer la continuidad histórica de los acontecimientos en la región y su
imbricación con los planes del imperialismo estadounidense, que se expresan en
proyectos tan relacionados como el proyecto sionista que preconiza el Gran
Israel, desde el Nilo al Eufrates, y el Gran Oriente Medio.
Existe una
línea de continuidad entre el primer ataque multinacional a Iraq en 1991, la
posterior invasión 12 años después, el continuo expansionismo israelí y sus
masacres periódicas sobre el pueblo palestino, el ataque del estado sionista
contra Líbano en 2006, la intervención de la OTAN en Libia y las amenazas de
ataque contra Siria e Irán.
En junio de
2004, mientras se configuraba el nuevo escenario de alianzas militares se
presentaba el gran proyecto del capitalismo imperialista al que sirven. EE.UU.
presentó en la cumbre del G8, a la que asistía
un curioso grupo de representantes de gobiernos (Afganistán, Argelia,
Bahrein, Jordania, Túnez, Turquía y Yemen), además del nuevo presidente de
Iraq, su Iniciativa para un Gran Oriente Medio y Norte de África.
Como analiza
Loles Oliván (22), se trata de un programa multisectorial de remodelación
integral que tiene su epicentro en el Iraq ocupado. Bajo títulos tales como
“democracia”, “derechos humanos”, “estado de derecho”, “sociedad civil”,
“avance de la mujer”, la iniciativa pretende hacer de la región entera,
incluyendo a Israel y Turquía, un todo homogéneo económica, social y
culturalmente, plenamente integrado en el capitalismo neoliberal.
Los
instrumentos para la implementación del plan se pusieron rápidamente en marcha.
Un Foro para el Futuro integrado por el G8, gobiernos, empresas y la “sociedad
civil”, definiría las reformas globales, un Plan de Apoyo proporcionaría
“ayudas” para llevarlas a cabo, un Servicio de Desarrollo Empresarial Privado
para mejorar negocios e inversiones dotado con 100.000 millones de dólares, una
Fuerza Especial sobre Inversión, un Consejo Empresarial Árabe, etc. Por cierto
como señala la citada autora, en cada apartado aparece una gran preocupación
por “los derechos de las mujeres”. El gran premio final a los esfuerzos será el
ingreso del país correspondiente en la Organización Mundial del Comercio.
V.e. La
Iniciativa de Cooperación de Estambul (ICE)
El mismo mes
de junio de 2004 se reunió una trascendental Cumbre de la OTAN, significativamente
en Estambul. En ella se incorporaron a la Alianza siete nuevos países -
antiguos miembros del Pacto de Varsovia -, se “aceptó” el control de la ISAF en
Afganistán, y se puso en marcha la
Misión de Adiestramiento del ejército y las fuerzas de seguridad iraquíes. Su
Declaración afirma: “La OTAN puede
contribuir a la reforma y la democracia en esta región realzando el Diálogo
Mediterráneo en el que participan actualmente Argelia, Egipto, Israel, Jordania,
Mauritania, Marruecos y Túnez. La OTAN puede crear también un conjunto más
amplio de relaciones con naciones seleccionadas del Gran Medio Oriente,
colaborando con ellas en los aspectos del antiterrorismo, la oposición a las
armas de destrucción masiva, la interceptación y las operaciones de
estabilidad”.
El Director de
Planificación Política J. Patrick Shea, analizando el marco de la ICE,
vinculaba directamente los avances realizados por la OTAN en la construcción de
alianzas con los países del sur del Mediterráneo con los cambios producidos
tras el 11-S, si bien no ocultaba que la
presencia de la Alianza en la zona se justificaba esencialmente “en el marco de
intereses comunes estratégicos” es decir, el control de los recursos de la zona
(23).
La ICE se
lanzó de manera complementaria y paralela al Diálogo Mediterráneo (DM) para
integrar a los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). El éxito fue
fulminante. En junio de 2005 cuatro de los seis países que lo integran,
Bahrein, Qatar, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos(EAU), se habían unido a la
Iniciativa.
El objetivo
declarado es semejante al del DM. Mediante reuniones de estos países con los 26
miembros de la OTAN o de los 26 con cada uno de ellos se busca: “reforzar la
seguridad y la estabilidad..(…) en particular en el contexto de la lucha contra
el terrorismo y la proliferación de las armas de destrucción masiva”(24).
Los avances
fueron muy rápidos a lo largo de 2005 y 2006 y no cabe duda de que en sus muy
secretas reuniones se preparó minuciosamente el papel a jugar por cada uno de
los Estados en lo que estaba destinado a ser un elemento clave para la
estrategia imperialista de dominación de la zona: el ataque de Israel a Líbano
en julio de 2006.
Algunas de las
fechas fundamentales fueron las siguientes:
-
En marzo de 2005 tuvo lugar
en Roma una importante conferencia titulada: la OTAN y las fronteras en Oriente
Medio. En ella participaron un centenar de altos oficiales, parlamentarios,
académicos y expertos en materia de seguridad de la OTAN y de los países del
CCG.(25)
-
En febrero de 2006 tuvo lugar
el primer encuentro de ministros de defensa de los países del Diálogo
Mediterráneo (26).
-
El 9 y 10 de mayo de ese
mismo año se reunieron por primera vez en Bruselas los jefes de los servicios
de inteligencia de los 26 países miembros de la OTAN más los siete del Diálogo
Mediterráneo (27).
-
En julio se anunció la
participación de Israel y Argelia en la operación Active Endeavour, “apoyando
desde la costa las labores de inteligencia y de interrupción del tráfico de
mercancías, personas y armas”(28).
El papel que
ha estado desempeñando la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y sus
enfrentamientos con el gobierno de Hamás en Gaza, deben entenderse desde la perspectiva del
alineamiento de la primera con la estrategia imperial. No se trata sólo de la
escandalosa extorsión a que EE.UU. y la UE - con la complicidad de la ANP, -
están sometiendo al pueblo palestino de Gaza por haber votado “mal”, sino de
los pasos dados por la misma para
integrarse en la misma Alianza militar que la potencia sionista
ocupante. El primer encuentro informal y discreto entre Saeb Erakat y Mohamed
Dahlan en representación de Israel y la ANP respectivamente, y Hoop Sheffer, en
nombre de la OTAN, tuvo lugar en la Cumbre de Madrid de marzo de 2005 y en su
preparación jugó un papel destacado el gobierno español del PSOE. En el otoño
de 2006 el embajador español ante la OTAN confirmaba la existencia de contactos “informativos” entre la ANP y la
Alianza. (29)
El escenario
del ataque al Líbano estaba preparado.
V.f. Líbano, un eslabón difícil en la
geoestrategia imperial
Como ha
informado Michel Chossudovsky en su imprescindible artículo “La guerra de
Líbano y la batalla por el petróleo” (30), el día antes del comienzo de los
bombardeos de Israel sobre Líbano tenía lugar no lejos del escenario de la
masacre un acontecimiento que, de haber saltado a los grandes medios de
comunicación, hubiera permitido a la opinión pública hacerse con las claves de
un ataque de ferocidad inusitada y que se pretendía justificar con un argumento
tan peregrino como el secuestro de un soldado israelí realizado por Hezbollah.
El 13 de julio
de 2006 se inauguraba el oleoducto mayor del mundo que transporta petróleo del
mar Caspio al Mediterráneo oriental. En un recorrido de 1.600 km, une Baku
(Azerbaiján), Tiflis (Georgia) y desemboca en el puerto turco de Ceyhan,
situado junto a la frontera con Siria y próximo también a la costa libanesa.
Tuvo una significación especial que el oleoducto fuera inaugurado precisamente
en Estambul y contara con la presencia del presidente de Turquía y del ministro
de Energía e Infraestructuras de Israel.
El oleoducto
conocido como BTC (Baku, Tiflis, Ceyhan) es propiedad de un consorcio cuyo
principal propietaria es la British Petroleum – controlada por los banqueros
Rohschild, de origen hebreo – y del que forman parte también Chevron (EE:UU),
Conoco-Philips (EE.UU.), Unocal (EE.UU.), Statoil (Noruega), TotalFinaElf
(Francia) y Eni (Italia). Su construcción ha costado 3.500 millones de dólares
y ha obtenido préstamos públicos del Banco Mundial y del Banco Europeo para la
Reconstrucción y el Desarrollo (BERD), a pesar de las múltiples denuncias por
su negativo impacto medioambiental y social para los pueblos de la zona.
Se trata del
mayor oleoducto del mundo, capaz de transportar 50 millones de toneladas de
petróleo crudo al año, un millón de barriles de petróleo al día. El BTC,
también llamado Terminal Petrolera Caspio Mediterránea, asegura el control de
los hidrocarburos del Caspio a las grandes multinacionales de EE.UU y la UE. Su
transporte hacia el Mediterráneo, hace posible su derivación hacia el Mar Rojo
y el Golfo Pérsico, camino de India y de Japón, en una importante victoria
estratégica por el control del petróleo frente a Rusia y China. Se delimita así
uno de los aspectos esenciales del Gran Oriente Medio: es la región del mundo
que va del Yemen al Mar Caspio y desde el Mediterráneo Oriental al Golfo
Pérsico en la que se concentra más del 60% de las reservas mundiales de
petróleo.
Una
infraestructura de tamaña trascendencia económica, requiere un férreo control
militar. Georgia y Azerbaiján actúan como “protectorados” de EE.UU., firmemente
integrados en una alianza militar con ese país y con la OTAN. Más aún, ambas
repúblicas tienen acuerdos de cooperación militar de larga data con Israel.
El ataque de
Israel al Líbano formaba parte de una estrategia perfectamente planificada, de
una larga guerra por el control de aquéllos países - Líbano, Siria e Irán - ,
cuyos gobiernos se resisten a colaborar en los objetivos imperiales, como es el
caso de los dos últimos, o en los que una potente resistencia popular bloquea
los deseos de alineamiento de sus gobernantes, como es el caso del país de los
cedros.
El gran
despliegue militar de la OTAN en el Mediterráneo se inicia en 2001 con la
Operación Active Endeavour, en la que participan además de diversos estados
miembros de la OTAN como el español, Israel y otros países árabes, como se ha
visto.
Estas fuerzas
navales de la OTAN, además de las tropas terrestres desplegadas formalmente
como fuerzas de la ONU – la FINUL- son las que se encargan de ejecutar el
escandaloso e ilegal embargo naval a Líbano para impedir la llegada de armas y
suministros militares, así como del embargo aéreo del país bombardeado,
mientras el país atacante no ha sido objeto de sanción alguna. Hay que constar
que la tajante negativa de Hezbollah impidió que las tropas instaladas en la
frontera israelo-libanesa estuvieran bajo mando de la OTAN como la Alianza
imperialista pretendía.
En un
importante estudio de la escalada militar en Oriente Medio, en la que el ataque
a Líbano era una etapa intermedia, realizada por Mahdi Darius Nazemroaya para
Global Research (31), se cita una fuente israelí para desenmascarar los
verdaderos objetivos del descomunal despliegue militar, naval y terrestre, en
la zona e ilustrar el papel de la OTAN en el Mediterráneo Oriental como parte
de los planes de guerra contra Siria e Irán. “Esta expectativa [de una guerra
lanzada contra Irán y Siria] ha reunido la mayor armada naval y aérea que
Europa [la OTAN] haya juntado nunca en algún punto del globo desde la Segunda
Guerra Mundial: dos portaaviones con 75 caza bombarderos, aviones espía y
helicópteros sobre sus cubiertas; 15 barcos de guerra de varios tipos, 7
franceses, 5 italianos, 2-3 griegos, 3-5 alemanes y 5 usamericanos; miles de
marines franceses, italianos y alemanes, así como 1.800 marines usamericanos.
Se presenta como apoyo para sólo 7.000 [anticipados] soldados europeos que se
desplegarán en Líbano para impedir que la fuerza decreciente de 4.000-5.000
soldados israelíes y unos 15.000 a 16.000 milicianos de Hezbolá se enfrenten,
así como para una variedad de trabajos humanitarios (…) Así que si no es para
Líbano, ¿para qué este tremendo despliegue de poderío naval? Primero, según nuestras
fuentes militares [en Israel], los participantes europeos sienten la necesidad
de una fuerte presencia naval en el Mediterráneo Oriental para impedir que una
posible guerra iraní-USA-israelí provoque un ataque iraní con misiles Shahab
contra [Bases Usamericanas-OTAN utilizadas contra Irán desde] Europa
[oriental]. Segundo, para disuadir a Siria y a Hezbolá de abrir un segundo
frente contra USA e Israel desde sus costas del Mediterráneo Oriental.”
V.g. La OTAN destruye de Libia
En enero de
2011 en Portugal la OTAN se autodefinió como una fuerza global de intervención
militar. Desde la década de los 90, época en la que se materializa el
hundimiento de la URSS y la desaparición del Pacto de Varsovia, la Alianza no
ha hecho más que expandirse y consolidar su poder. “Ahora tiene 40 socios en
cuatro continentes más allá de la zona Euro-Atlántica bajo los auspicios de los
programas de la Asociación por la Paz en Europa y Asia, el Diálogo Mediterráneo
en África y Oriente Medio, la Iniciativa de Cooperación de Estambul en el Golfo
Pérsico, el formato de País de Contacto en la región del Pacífico asiático
(Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur), Programas Nacionales Anuales
con Georgia y Ucrania, la Comisión Tripartita Afganistán-Pakistán-Internacional
de las Fuerzas de Asistencia de Seguridad, el Consejo OTAN-Rusia, la Misión de
Entrenamiento de la OTAN en Irak y la Misión de Entrenamiento de la
Organización en Afganistán (con la versión libia que viene a continuación), un
acuerdo bilateral con el gobierno de transición federal en Somalia, donde la
Organización ha aerotransportado miles de tropas de Burundi y Uganda para las
guerras locales, y otros acuerdos” (32).
Antes de que las bombas de la
“coalición internacional” empezaran a caer sobre Libia las grandes empresas
mediáticas ya estaban bombardeando con titulares como: “EE.UU. denuncia un baño
de sangre de Gaddafi con centenares de libios muertos”, “Gaddafi ametralla a
los manifestantes desde aviones militares” o “Libia se hunde en un caos genocida”,
que curiosamente no pudieron ser acompañados de soporte documental alguno. A pesar de ello, la propaganda de
guerra caló profundamente, no sólo en la opinión pública, sino en buena parte
de la izquierda europea que incluso clamaba por el envío de armas a los
“rebeldes”
Una vez más la
ONU al servicio de la OTAN dió cobertura a la destrucción de un pequeño país,
prácticamente desarmado. Como en Iraq el ataque se organizó con
el pretexto de cumplir lo dispuesto por la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas en la que se autorizaba
la adopción de «todas las medidas
necesarias [...] para proteger a los civiles y las zonas pobladas
por civiles que estén bajo amenaza de ataque» de las fuerzas leales al
gobierno de Gadafi y en la que se
establecía la «prohibición de todos los
vuelos en el espacio aéreo», al tiempo que se autorizaba a adoptar «todas las medidas necesarias para hacer
cumplir» dicha prohibición.
La Liga Árabe,
en una irregular reunión promovida por Arabía Saudí y casi sin asistentes a
excepción de los países del Golfo, apoyó la creación de la zona de exclusión
aérea y suspendió la participación de Libia en la misma. Qatar, Los Emiratos
Árabes y Jordania participaron en el ataque de la OTAN. China y Rusia, a pesar
de sus importantes intereses económicos en Libia, se abstuvieron en la votación
del Consejo de Seguridad.
De entre los
numerosos artículos publicados que explican desde diferentes puntos de vista
las verdaderas razones del ataque, destaco el de Jean Paul Pougala “Libia, las
mentiras de una guerra” (33). El autor destaca como razones principales las
siguientes:
-
La decisiva participación de
Libia en la creación en 2007 del primer satélite africano RASCOM, que en
seguida contó con la colaboración técnica de Rusia y China, hecho que ha
permitido el lanzamiento de nuevos satélites. El satélite inicial con un coste
total de 400 millones de dólares – de los que Libia puso 300 – permitió acabar
con un costosísimo alquiler de 500 millones de euros anuales pagado a empresas
europeas.
-
El avanzado proyecto de
creación de tres instituciones claves como el Fondo Monetario
Africano, Banco Central Africano, Banco Africano de Inversiones, que contó con
el impulso decisivo de Gadafi y que debe permitir a los países africanos sacudirse progresivamente el yugo del Fondo
Monetario Internacional. La gravedad de este asunto para los intereses
imperialistas es tal que varias potencias occidentales solicitaron ser
miembros del Fondo Monetario Africano, pretensión que fue rechazada por
unanimidad en diciembre de 2010 con el argumento de que sólo los países
africanos podían ser miembros de la institución.
-
La construcción de los Estados Unidos de África, que también
favoreció decisivamente Libia. Este avanzado proyecto cuenta con la hostilidad
abierta de la UE, que de la mano de la OTAN impulsa alianzas regionales como el
Diálogo Mediterráneo, intentando a toda costa separar los países del norte e
África del resto.
Libia, al
igual que Iraq tras la invasión, se ha convertido en un estado fallido. Ha
habido un brutal retroceso social y económico, el país se hunde en el caos de
una guerra civil latente, mientras se garantiza el expolio de los recursos
naturales – al igual que en Iraq - por parte de las multinacionales extranjeras
de los países que participaron en el ataque..
VI. Nuevas contradicciones, nuevas
alianzas
Por primera
vez en la historia, Rusia y China han ejercido de forma conjunta su derecho de
veto en el Consejo de Seguridad. Han bloqueados en dos ocasiones, octubre de
2011 y el 4 de febrero de 2012, sendas resoluciones sobre Siria presentadas por
los países miembros de la OTAN y por los estados miembros del Consejo de
Cooperación del Golfo que pretendían reeditar la intervención militar sobre
Libia.
Mas allá de
ingenuas valoraciones sobre el aprecio al Derecho Internacional de ambas
potencias, que no hicieron acto de presencia en Libia, ni en Iraq, ni siquiera
en Yugoslavia – cuando la OTAN masacraba a un pueblo eslavo hermano del ruso y
bombardeaba la propia Embajada china en Belgrado – su decisión de bloquear una
nueva fase del imperialismo euro
estadounidensee e israelí contra Siria, en la
antesala de Irán, es la expresión de las profundas modificaciones en curso en
la hegemonía mundial y en la correspondiente agudización de las contradicciones
interimperialistas. La dialéctica de los procesos sociales se ha puesto de
manifiesto una vez más. La acumulación de contradicciones en el
desenvolvimiento de los acontecimientos ha dado lugar a una nueva cualidad, aún
incipiente: el acercamiento entre Rusia y China.
Uno de los
elementos más importantes de la historia reciente es el resquebrajamiento de la
alianza económica entre China y EE.UU que había venido funcionando desde 1978,
después de la muerte de Mao Zedong. Como señala el investigador peruano Enrique
Muñoz Gamarra (34), desde principios de este siglo EE.UU. ha estado
sobreviviendo a expensas de China que mediante la compra de bonos financiaba un
gasto militar equivalente a la mitad del de todo el planeta, que se ha
incrementado de forma espectacular a partir de 2001 y que es seis veces mayor
que el de la potencia oriental[i].
A cambio China se ha beneficiado con esta alianza que le ha convertido en el
segundo mayor socio comercial de EE.UU.
En cuanto a la
URSS y China, el enfriamiento de las relaciones entre ambas potencias
comunistas se inició en la “revolución cultural” encabezada por Mao Zedong. Se
procedió entonces a desarraigar los múltiples vínculos establecidos durante
tres décadas entre dos enormes países que se enfrentaban al imperialismo desde
sus respectivos intentos de construir el socialismo. Este proceso pasaba tanto
por cortar la interdependencia tecnológica, los intercambios comerciales,
políticos – miles de estudiantes chinos se formaban en la URSS y no estudiaban
sólo carreras técnicas sino dialéctica y materialismo histórico - y, sobre todo
las intensas relaciones entre militares chinos y soviéticos reforzadas por la
lucha conjunta en mil batallas. No hace falta insistir en el interés de EE.UU.
en fomentar este distanciamiento.
El antiguo
ministro de Asuntos Exteriores de la URSS, Andrei Gromiko cuenta en sus
memorias una conversación suya con el
Ministro de Defensa de EE.UU., Neil McElroy, celebrada en una época tan
temprana como 1959, en la que se habló de una posible alianza contra “el
peligro amarillo”(35).
El hundimiento
y desmembramiento de la URSS, y la desaparición del Pacto de Varsovia colocó a
la gran mayoría de los países “del Este” en la órbita de EE.UU. Y de la OTAN. La propia Rusia ha asistido como
invitada a diferentes Cumbres de la OTAN.
Hasta que a
finales de 2011 se produjo el veto conjunto de Rusia y China a la primera
Resolución sobre Siria, ambos países no habían interpuesto ningún obstáculo
serio a los planes imperialistas de EE.UU., la OTAN e Israel.
Pero los
procesos se desarrollan, las contradicciones hacen su aparición y la esencia
económica del imperialismo define los bandos en conflicto. De forma análoga al
papel del ferrocarril para el transporte de materias primas – y su
correspondiente control militar – estudiado por Lenin en su magistral análisis
del imperialismo, el control del petróleo, del gas y de los oleoductos – que
exige igualmente protección militar – va definiendo avances y alianzas que cada
vez apuntan con mayor claridad contra
Rusia y contra China. Se abren así posibilidades de encuentro entre las dos
potencias orientales, que no se habían dado en circunstancias políticas teóricamente
más favorables.
Uno de los
proyectos geoestratégicos centrales de EE. UU y la OTAN es el conocido como la
Ruta de la Seda. Con él se pretende establecer un corredor energético y de
transporte transeuroasiático – con el correspondiente despliegue militar - que
conecte Europa Occidental, con Asia Central y el Lejano Oriente (36). A este
proyecto sirven las diferentes acciones políticas, económicas y militares
presentes en esta amplia zona del planeta y en él se inscriben aspectos
parciales como la aniquilación de la República Federal de Yugoslavia, la
invasión de Afganistán en 2001 o las diferentes etapas del Gran Oriente Medio.
Al tiempo se va definiendo con intensidad creciente la línea de confrontación
que enfrenta la “coalición occidental” con Rusia, China e Irán.
Uno de los
momentos de máxima tensión entre Rusia y la OTAN tuvo lugar en 2008 cuando
Georgia – aliado directo de EE.UU y la OTAN (37)- atacó Osetia del Sur el 7 de
agosto. El ataque fue respondido por Rusia al día siguiente. En el trasfondo
estaba el objetivo de debilitar el Sistema de Oleoductos del Báltico controlado
por empresas rusas y de fortalecer los oleoductos en los que operan las grandes
empresas angloamericanas. Entre estos últimos el más relevante es el que une
Odessa, Brody y Plotsk, que lleva petroleo al norte de Europa y que se prevé
ampliar para hacerle llegar al puerto polaco de Gdansk.
Por otra
parte, el Corredor de Transporte de GUAM complementa al ya mencionado BTC
(Bakú, Tiblisi, Ceyhan) y ambos cuentan con protección militan de la OTAN (38).
Siete días después del ataque de Georgia a Osetia del Sur se firmó el Acuerdo
entre Polonia y EE.UU para instalar el escudo antimisiles en territorio polaco.
Un mes antes
China y Kazajstán habían anunciado el comienzo de la construcción de los 7.000
km del oleoducto que partiendo de Turkmenistán, pasa por Uzbekistán y Kazajstán
y llega hasta el noreste de China. Este y otros corredores energéticos de la
zona están protegidos frente a la OTAN y sus satélites por dos alianzas militares
que cooperan estrechamente: La Organización de Cooperación de Shangai (Rusia,
China, Kazajstán, Kirghizistán, Tajikistán y Uzbekistán, en la que Irán tiene
status de observador) y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva
(Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirghizistán, Rusia, Tajikistán y Uzbekistán.
VII. Decadencia económica y hegemonía
militar
El alcance de
la decadencia económica de EE.UU. - todavía primera potencia mundial - se
expresa en el declive de su moneda, referencia hasta ahora en los intercambios
comerciales en el mundo y considerada el símbolo del propio sistema
capitalista. Países como Brasil, Rusia, India, Sudáfrica, Irán, Venezuela o
Siria y también bancos como el Banco Asiático de Desarrollo, el HSBC,
Citigroup, HPMorgan o el BBVA están ya realizando sus intercambios comerciales
en otras monedas. China y Japón acordaron a finales del año pasado abandonar el
dólar en sus intercambios comerciales. Hasta la OPEP está planeando establecer
el precio del crudo con referencia a una cesta de monedas y no sólo al dólar.
Esta pérdida
progresiva de hegemonía económica se manifiesta también en la decisión de
reducir la adquisición de bonos del Tesoro estadounidense por parte de los
principales países tenedores los mismos, sobre todo China, pero también en
menor medida Japón y el Reino Unido, de forma que en los últimos meses el
principal comprador de los mismos es la propia Reserva Federal. A ello hay que
añadir un descomunal déficit presupuestario acumulado que alcanzó en 2011 la
cifra récord de 1,6 billones de dólares.(39). A lo largo de 2012 EE.UU deberá
afrontar vencimientos de deuda por valor de 2,78 billones de dólares.
EE.UU. ha
tensado demasiado una cuerda que está empezando a romperse. Durante décadas ha
estado manteniendo una deuda externa en proporción al PIB mayor que la de
cualquier otro país sostenida por el dólar, símbolo de poder económico y de
hegemonía militar. Hoy EE.UU., tras bajar sus tipos de interés a prácticamente
a cero está devaluando su moneda, mediante la inyección de liquidez en grandes
proporciones, para incentivar sus exportaciones y pagar su deuda por el
procedimiento de imprimir billetes. La histórica rebaja de la calificación de
la deuda estadounidense,realizada recientemente por Standard & Poor´s,
revela los profundos cambios que se están produciendo en la escena económica
mundial.
Las aristas de
los conflictos se agudizan y reclamaciones mutuas como la exigencia de que
China devalúe el yuan o de que EE.UU. retire sus restricciones a las
exportaciones chinas de alta tecnología, que habían permanecido en sordina,
adquieren cada día mayor volumen.
Es en Oriente
Medio donde la confrontación adquiere perfiles más nítidos. La lucha por el
petróleo y el gas, así como por el control de los oleoductos y gaseoductos que
aseguran el abastecimiento se agudiza, adquiere naturaleza geoestratégica y
opera como una maquinaria de guerra sobre los pueblos de la zona.
VIIa. Escalada en los preparativos de
guerra en Oriente Medio.
Desde mediados
de la década de los 90 los documentos del Comando Central de los EE.UU.
(USCENTCOM) identifican claramente que el siguiente objetivo militar tras Iraq,
era Irán. Tras la invasión de Iraq en 2003 se produce una escalada sin
precedentes en el establecimiento de bases y en el despliegue militar en el
Mediterráneo, en el Océano Índico y en el Golfo Pérsico. El objetivo explícito
es “proteger los intereses vitales de los EE.UU. en la región: el acceso seguro
ininterrumpido de EE.UU. y de sus aliados al petróleo del Golfo”(40).
Los
acontecimientos producidos en la región confirman, con leves alteraciones en el
orden de los países atacados, las afirmaciones de Wesley Clark tras una
conversación con un alto cargo del Pentágono en 2001, según las cuales tras
Iraq, se atacaría una serie de países: Siria, Líbano, Libia, Irán, Somalia y
Sudán.
Varios
informes dan cuenta de la aceleración de los preparativos de guerra en Oriente
Medio en el marco de una escalada de la tensión militar en Siria, con el
objetivo puesto en Irán entre los que destaco el titulado “Nuevo despliegue
guerrero contra Irán y Siria hacia la III guerra mundial” de Alfredo Embid y
del que he tomado los datos que ofrezco a continuación (41)
Las mayores
maniobras militares conjuntas de EE.UU. e Israel en toda su historia,
denominadas Austere Challege 2012 (42) se han realizado el pasado mes de enero
en el Golfo Pérsico. El objetivo fue probar el sistema de misiles Aegis
dirigidos por radar y computadora. En el marco de las mismas se han instalado
en Israel 9.000 soldados estadounidenses por un tiempo indeterminado.
Estas
maniobras tuvieron lugar diez días después de que Irán realizara las mayores
maniobras navales de guerra de su historia cerca del Estrecho de Ormuz en una
zona que se extiende desde el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán al Golfo de Adén
y el Mar Árábigo.
Rusia, ante la
previsión de un ataque a Irán por parte de EE.UU. e Israel que pudiera
extenderse a otros países, realizó maniobras militares en el Cáucaso Norte.
Además está proporcionando a Siria un eficaz sistema de defensa aérea integral
que, según informó el Jefe del Comando Central norteamericano (CENTCOM,
instalado en Qatar) general Mattis, al Comité de Defensa del Senado que
dificultaría y haría muy costoso imponer, como en Libia, una “zona de exclusión aérea” (43)
Los países
integrados en el Consejo de Cooperación del Golfo han incrementado fuertemente
su gasto militar en los últimos años y cuentan con un gran arsenal que incluye
aviones de combate F-15, misiles Patriot, helicópteros Apache y buques de
guerra, además de un escudo antimisiles de EE.UU.
Hay más de
treinta bases militares de EE.UU. rodeando a Irán entre las que cabe destacar
la Base naval de Bahrein que alberga la V Flota de EE.UU. y que fue ampliada en
2010 con una inversión de 580 millones de dólares. La V Flota ha aumentado su
dotación con tres nuevos grupos de combate dirigidos por tres portaaviones
nucleares, a los se añade el antiguo ENTERPRISE (CVAV-65).
La escalada
armamentística de Israel, que debe considerarse como miembro de hecho de la
OTAN, está perfectamente integrada en los planes de EE.UU. y no cabe
interpretar que, en ningún caso, inicie de motu propio un eventual ataque unilateral. Una acción
militar individual de Israel debe considerarse integrada en una puesta en
escena que sirva para justificar la posterior intervención de EE.UU y la OTAN
en defensa de su aliado.
EE.UU. está en
condiciones de utilizar a corto plazo tres potentes nuevas armas: un nuevo
misil hipersónico capaz de desarrollar una velocidad superior a los 6.000
km/hora, una nueva bomba llamada MOP (Penetrador Masivo de Artillería)
fabricado por Boeing y capaz de penetrar a través de 60 metros en hormigón
armado con poder destructivo equiparable a una pequeña bomba nuclear, y un
nuevo sistema de guerra robótica integrado por un enjambre de mini-drones
MALDI-J capaz de saturar los radares enemigos. La captura por parte de Irán de uno de los más modernos
aviones espía - el RQ-170 en diciembre de 2011y la oportunidad, sin duda no
desaprovechada, de acceder a sus innovaciones tecnológicas abrirá una nueva
fase en las capacidades militares iraníes.
VII.b. El cerco a Rusia
Toda la
operación de la OTAN que culminó con el desmembramiento de la República Federal
de Yugoslavia tuvo entre otros objetivos estratégicos la finalidad de estrechar
el cerco sobre Rusia. El enclave fundamental es la base de Camp BondSteel en
Kosovo., el mayor enclave militar de EE.UU. desde la guerra del Vietnam
que alberga a 10.000 soldados
estadounidenses.
La
justificación de la misma está bien explicitada en numerosas declaraciones: la
necesidad de proteger “nuestros” intereses en el Mar Caspio. En 1999 el general
Jackson, que entonces dirigía la OTAN, era muy claro cuando decía que “sin duda
permaneceremos mucho tiempo para garantizar la seguridad de los corredores
energéticos que atraviesan este país”(44).Su enclave, en la frontera con
Macedonia, permite intervenciones directas sobre el Cáucaso, Irán y, desde
luego, Rusia. La criminal connivencia entre las mafias del tráfico de drogas,
armas y prostitución y las fuerzas de la KFOR, incluidas las tropas españolas,
y de EE.UU. ha sido documentada en numerosas ocasiones (45). Rusia ha
solicitado formalmente al Consejo de Seguridad de la ONU la adopción de una
Resolución sobre la implicación de mafias albano-kosovares en el tráfico de
órganos humanos procedentes entre otros de prisioneros serbios (46).
VII.c. China, el enemigo principal
La agudización
de la tensión militar en torno a China aparece bien reflejada en la
actualización realizada en enero de 2012 de la Estrategia de Seguridad Nacional
(ESN) de 2010 de los EE.UU. China se identifica como la principal amenaza
militar ya que Rusia se considera controlada por las instalaciones de la OTAN
que la rodean y por el Escudo Antimisiles instalado en Polonia.
EE.UU. planea
incrementar su presencia militar directa en el Mar Meridional de China que se
verá enormemente reforzada con la instalación de la nueva base militar de
Darwin en Australia, que albergará a 2.500 soldados norteamericanos. Esta base
se unirá las bases USA ya existentes en Corea del Sur y en la isla de Guam, así
como a los proyectos de reabrir la gran Base de Okinawa en Japón y a las
conversaciones para instalar nuevos enclaves militares en Filipinas, Vietnam y
Tailandia (47). En consecuencia, la importante reducción del presupuesto
militar de EE.UU prevista para este año no afectará al incremento de su
presencia militar en la región de Asia-Pacífico.
El fundamento
económico del creciente enfrentamiento entre EE.UU. China es creciente. El importante y sostenido
crecimiento de la economía china le ha llevado a desplazar a EE.UU. y a la UE
como principal socio comercial en muchos países de Asia, África y América
Latina. Como señala James Petras en un reciente trabajo (48) la penetración de
empresas chinas en otros países del mundo se ha llevado a cabo mediante una
estricta política de no intervención en asuntos internos de sus socios
comerciales. A diferencia de EE.UU., China, ni ha iniciado guerras por el
control de las materias primas, ni tiene base militar alguna en otros países.
La política
china de no intervención le ha llevado a asistir pasivamente a la destrucción
de sus socios comerciales por EE.UU y la OTAN con el objetivo de bloquear su
expansión comercial. El ataque de la OTAN a Libia, con cuyo gobierno había
firmado China importantes acuerdos comerciales y que mantenía en el país a
35.000 trabajadores y técnicos de la industria petrolera – que tuvo que
repatriar rápidamente - es demostrativo. Otro caso semejante es el de
Sudán, país en el que China había realizado importantes inversiones en la
industria petrolera. Los EE.UU., la UE e Israel apoyaron militarmente la
secesión de Sudán del Sur para controlar la industria petrolera y atacar a los
trabajadores chinos.
El autor
citado analiza cómo, si China no revierte su situación y se fortalece como
potencia militar – como ya ha empezado a hacer incrementando sustancialmente su
gasto armamentístico – puede ver repetida la situación vivida en el siglo XIX.
Entonces el imperio británico destruyó la superior potencia económica china,
mediante su abrumadora hegemonía militar.
El próximo
y decisivo Congreso del Partido
Comunista Chino debe responder a cuestiones clave para el futuro del país que
no se ciñen sólo a la necesidad acuciante de fortalecer sus capacidades
defensivas. El crecimiento económico de China se ha ralentizado y su enorme
capacidad productiva depende de la capacidad de compra de EE.UU., Japón y la UE, que están entrando en
recesión.
Las tensiones
sociales se agudizan ante la percepción de la clase obrera de la intensa
explotación, las grandes desigualdades sociales y las enormes pérdidas en el
sistema de protección social que han acompañado al “milagro chino”. Por su
parte los grandes empresarios chinos y una buena parte de la intelectualidad
están profundamente penetrados por la ideología capitalista y, sobre todo,
tienen importantes intereses económicos en países occidentales. Todo ello tiene
expresión directa en miembros destacados del PC Chino. El resultado de este
Congreso que enfrenta a estos sectores con otros – entre los que destacan los
dirigentes del Ejército - que perciben con claridad la necesidad imperiosa de
imprimir un profundo giro político es crucial. El futuro de China depende de la
adopción de decisiones vitales como las siguientes:
El
fortalecimiento defensivo y la profundización de los acuerdos con Rusia.
El apoyo
a los gobiernos y movimientos antiimperialistas, cuya preservación e
independencia son claves para China.
El cambio
profundo en la política económica y social que permita responder adecuadamente
a las necesidades populares.
VIII. Últimos datos sobre el
explosivo tablero árabe.
VIII.a. Egipto.
Las
importantes movilizaciones populares en Egipto, envueltas por los grandes
medios de comunicación en la marea confusa de la “primavera árabe”, que ocultan
sistemáticamente la creciente agudización de la lucha de clases en un país con
un movimiento obrero combativo y organizado, abren escenarios de resolución
incierta. Si recordamos que Egipto ocupa
el tercer lugar, tras Israel y Colombia, entre los países del mundo que reciben
más ayuda militar directa de EE.UU. (hasta ahora recibía 1.300 millones de
dólares anuales, aunque para 2012 se rebajan a 1.000) podemos calibrar las
consecuencias que pueden tener acontecimientos como los siguientes:
1.
El paso en febrero de 2011 de
dos buques iraníes por el canal de Suez, autorizados por las autoridades
egipcias una semana después de derrocamiento de Mubarak. Este hecho no se
producía desde la revolución iraní de 1979.
2.
El asalto a la Embajada
israelí en El Cairo en septiembre de 2011 y el sabotaje repetido al oleoducto
egipcio que nutre de gas a Israel.
3.
La detención en febrero de
2012 de 44 miembros de supuestas ONGs, entre ellas el Instituto Nacional
Democrático (NDI), el Instituto Republicano Internacional (IRI) y la Freedom
House, de EEUU, así como la Fundación Konrad Adenauer, de Alemania, 19 de ellos
norteamericanos, acusados de contratar ciudadanos egipcios para provocar
enfrentamientos religiosos y dirigir la revolución popular egipcia hacia los
intereses de EE.UU e Israel. Según la acusación del gobierno egipcio se les
encontró documentación relativa al plan “sionista-estadounidense” prevé la
división de Egipto en cuatro países (49). En el momento de producirse estos
acontecimientos la delegación militar egipcia que se encontraba en Washington
negociando la ayuda militar para este año, regresó precipitadamente al país.
4.
Tras los bombardeos israelíes sobre Gaza, el
Parlamento egipcio acordó el pasado 14 de marzo, por unanimidad, declarar a
Israel enemigo número uno, apoyar a la resistencia palestina “en todas sus
modalidades”, exigir la expulsión del Embajador israelí, suspender las
exportaciones de gas a la entidad sionista y revisar su postura de no
proliferación mientras Israel no firme el Tratado de No Proliferación de Armas
Nucleares. Esta decisión, a pesar de carecer de eficacia práctica porque el
poder real lo tiene exclusivamente la Junta militar, revela hasta qué punto se
ha destapado una olla a presión de consecuencias imprevisibles.
VIII.b. Palestina.
Estos hechos
muestran la enorme fragilidad de la estrategia imperialista en Oriente Medio y
hasta qué punto Palestina es el corazón de una poderosa “calle árabe” que cada
vez percibe con más claridad el soborno sobre sus dirigentes para hacerles
cómplices de una gigantesca reordenación colonial que persigue el saqueo de sus
recursos y la extirpación de la identidad árabe.
El hipotético
reconocimiento del Estado palestino, mientras siguen imparables los
asentamientos, el bloqueo y la represión, en aras del enésimo “proceso de paz”
con Israel, era la moneda de cambio de Arabia Saudí, mientras se profundizaba
la alianza militar y económica de la Casa de Saud con Israel y se apremiaba a
EE.UU a atacar Siria e Irán. Los sucesivos “planes de paz”, con diferentes
señuelos, tienen el mismo objetivo: neutralizar Palestina e impedir que la
causa árabe, profundamente arraigada en los pueblos de la región y medularmente
antisionista, obstaculice los planes de penetración imperialista, impulsados
por sus aliados en la zona, de forma destacada Arabia Saudí y Qatar.
La alianza
cada vez más evidente entre Arabia Saudí e Israel está teniendo importantes
repercusiones en Hamás. Como señala Alberto Cruz (50) los principales
dirigentes esta organización están impulsando cambios decisivos que deberán
ratificarse el próximo verano cuando tenga lugar la renovación del Buró Político. Bajo
la poderosa influencia de los hermanos Musulmanes de Egipto y Túnez y en medio
de tensiones internas aún por dilucidar, se está promoviendo un acuerdo de unidad entre Hamás
y la Autoridad Palestina que incluye un posible abandono de la lucha armada
contra Israel,, el reconocimiento de las fronteras de 1967, el cambio de sede
de la organización fuera de Siria, un posible gobierno de unidad “tecnócrata”
de Gaza y los bantustanes de Cisjordania y la práctica renuncia a la
reivindicación histórica del regreso de los exiliados Todo ello acompañado del
correspondiente engrase económico – 250 millones de dólares ofrecidos por Qatar
tras la firma del acuerdo de paz entre Hamás y Fatah – y de las promesas de
reconocimiento internacional de un mini estado Palestino.
Estos
movimientos se han traducido, de forma aún incipiente, en un auge de la Yihad
Islámica y de la resistencia armada agrupada en torno a los Comités de
Resistencia Popular. Precisamente estas dos organizaciones, que rechazan el
acuerdo de paz con Israel, fueron el objetivo del brutal ataque israelí del
pasado mes de marzo que dejó 25 muertos y 85 heridos.
Toda esta
estrategia puede saltar en pedazos frente a un pueblo que ya estaba al borde
del colapso por la falta de electricidad y petróleo a consecuencia del bloqueo.
La desesperación de una población con los barcos paralizados, la agricultura
destruida y cuyos servicios públicos agonizan por falta de luz y combustible
puede ser la mecha de una “calle árabe” que siente sobre sí el peso de la
corrupción de sus dirigentes, del expolio de sus recursos, de una crisis que
asola sus débiles estructuras productivas y que cada vez percibe con más
claridad la estrategia imperial que les lanza a una guerra entre sus pueblos.
IX. Un futuro abierto: Comunismo o
barbarie.
El futuro es
incierto, los procesos se desarrollan a gran velocidad y, pese a su potente
poderío militar, los planes de dominación de EE.UU, la UE e Israel se
encuentran con dificultades crecientes.
EE.UU. se
enfrenta a conflictos progresivos en Asia:
- En 2005
Uzbekistán cerró la base de EE.UU de gran importancia para el abastecimiento de
las tropas de la OTAN en Afganistán.
- El gobierno
de Kirguizistán, país que forma parte de la Organización del Tratado de
Seguridad Colectiva - OTSC que agrupa a (Armenia,
Bielorrusia, Kazajistán, Kirguizistán, Rusia, Tayiksitán y Uzbekistán) pretende cerrar la base de Manas, que así mismo presta apoyo a
las fuerzas de OTAN en Afganistán.
- La derrota
de Georgia (aliado de EE.UU.) en Osetia del Sur confirmó el control ruso
del vital enclave del Cáucaso - Mar
Negro y Mar Caspio.
- Al
enfangamiento militar de EE.UU. en Afganistán y las dificultades crecientes
para financiar los gastos de guerra, se une la decisión de sus aliados de la
OTAN de ir retirando sus tropas, tanto por el hostigamiento militar afgano,
como por sus propias dificultades económicas. A todo ello se une el
enfriamiento progresivo de sus relaciones con Pakistán – potencia nuclear
creada por EE.UU. - cuyo pueblo manifiesta una hostilidad abierta a las tropas
de la OTAN.
El
acercamiento entre Rusia y China está fundamentado por intereses compartidos y
por la mutua percepción de que están en el punto de mira de Estados Unidos,
Israel y la OTAN, incluyendo a la Unión Europea. En el reciente artículo
publicado por el “Diario del Pueblo”, órgano del Partido Comunista Chino,
citado anteriormente, que llevaba por inequívoco título “China y Rusia deben
conformar una alianza euro-asiática” indicaba: la tarea de los americanos
consiste en la conquista del mundo, en la que euroasia se convierte en el
principal campo de acción” (51) La reciente visita de Putin a Pekin está
destinada a impulsar la alianza de ambas potencias frente a un poderoso enemigo
que puede destruirles por separado, pero quizás no juntos.
Pese a todo
ello, el declive económico de EE.UU y la UE y su desesperada carrera por
conseguir recursos energéticos limitados, unido a su gran potencia
armamentista, perfila un futuro próximo en el que el enfrentamiento militar a
gran escala es perfectamente previsible. El pulso entre el poderoso complejo
militar industrial de EE.UU. junto a las mafias de las agencias privadas, que
emplean ya a más personal que el ejército regular, y la presión abierta del
gobierno israelí para atacar Siria e Irán, tiene enfrente a sectores
importantes del Departamento de Defensa, del propio ejército israelí y de
sus servicios secretos que perciben los enormes riesgos de desencadenar una
guerra a gran escala de resultados inciertos.
Un poderoso
agente no invitado a estos escenarios estratégicos, en los que la guerra
imperialista puede perfilarse como única salida a la crisis por las clases
dominantes de las principales potencias, puede irrumpir con fuerza. Las clases
dominadas de las grandes potencias y de los países periféricos, incluido de
forma destacada un pueblo árabe, mil veces traicionado por sus corruptas
élites, y que está despertando con fuerza, para las que el único futuro
previsto es intensificar la explotación y el expolio de sus recursos, pueden empezar a vislumbrar que la única
salida es romper el tablero de juego.
Las palabras
de Lenin para definir el imperialismo permanecen vigentes: “El capitalismo se
ha transformado en un sistema universal de sojuzgamiento colonial y de
estrangulación financiera de la inmensa mayoría de la población del planeta por
un puñado de países “adelantados”. El reparto de este botín se efectúa entre
dos o tres potencias rapaces y armadas hasta los dientes que dominan el mundo y
arrastran a su guerra, por el reparto de su botín, a todo el planeta”. Afirma
rotundo en otra parte, confrontando con quienes, desde la socialdemocracia
pretenden volver al capitalismo “humano”, el del “Estado del Bienestar”: “las
relaciones de dominación y la violencia ligada a dicha dominación: he ahí lo
típico en la fase contemporánea del desarrollo del capitalismo”
Para las
organizaciones políticas y sociales revolucionarias, hoy como en otras épocas
de grandes crisis en las que a las clases dominantes se les cae cualquier
atisbo de legitimidad, la lucha por la emancipación de clase y de género y por
la liberación nacional, en el marco de una potente un unidad y solidaridad
antiimperialista se configura como la única alternativa a la barbarie. El
comunismo es mucho más que una opción ideológica, es la única esperanza
creíble.
1 de mayo de
2012.
NOTAS:
1
http://www.marx2mao.com/M2M(SP)/Lenin(SP)/IMP16s.html
2 Beinstein,
Jorge (2009) “Las crisis en la era senil del capitalismo”.
(http://www.fpmr.cl/home/index.php?option=com_content&view=article&id=70:las-crisis-en-la-era-senil-del-capitalismo&catid=43:aportes&Itemid=76
3 Luxemburg,
Rosa (1900) Reforma o revolución. http://www.marxists.org/espanol/luxem/01Reformaorevolucion_0.pdf
http://www.fpmr.cl/home/index.php?option=com_content&view=article&id=70:las-crisis-en-la-era-senil-del-capitalismo&catid=43:aportes&Itemid=76
4
http://www.pwc.com/en_GX/gx/world-2050/pdf/world-in-2050-jan-2011.pdf
5 En la
actualidad China es la segunda economía del mundo, por delante de Japón.
6http://economia.elpais.com/economia/2012/03/06/actualidad/1331049231_264212.html
7
http://labolsa.com/agenda/PIB+(anual)/Gran+Breta%F1a/
10
http://www.youtube.com/watch?v=7a9Syi12RJo
11
http://www.nodo50.org/csca/iraq/al-amiriya/al-amiriya.html
12http://www.nodo50.org/csca/iraq/petroleoxalimentos-ddhh.html
13a. Las
consecuencias sobre la mortalidad de las privatizaciones masivas en los países
de la ex URSS puedesn consultarse en Maestro, A. (2010). “Crisis capitalista,
guerra social en el cuerpo de la clase obrera” http://www.rebelion.org/docs/135854.pdf
14ª. En este
enlace al Editorial de la prestigiosa revista Nación Árabe puede verse el
resultado devastador del macabro agregado de guerra y sanciones. http://www.nodo50.org/csca/na42/na42.iraq_10sanciones.html
15
http://www.nodo50.org/csca/na42/na42.iraq_10sanciones.html
16 De Santis,
Nicola (2004) “La apertura al Mediterráneo y Oriente Medio”. Pág 1.
http://www.nato.int/docu/review/2004/issue3/spanish/art4.html
17 Desde 1993,
cada dos años, tiene lugar en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos) la más
importante feria internacional de armamento y la única en el mundo que permite
exhibiciones con fuego real. En 2003, horas antes de que se iniciara la
invasión de Iraq el 20 de marzo, a 850 Km de sus costas, se clausuraba IDEX
2003 con un éxito sin precedentes en participación y ventas.
18 De Santis,
Incola (2004). Documento citado en nota 15.
19 Gutierrez
Terán, Ignacio (1998) “Últimas tendencias del Nuevo Orden Mundial”. Nación
Árabe, nº 37. http://www.nodo50.org/palestina/articu60.htm
20 Estos temas
han sido tratados con gran soporte documental por Michel Chossudowsky en “La
triple alianza: USA, Turquía Israel y la gran guerra contra Líbano”.
http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=916&lg=es
20a.
Washington Post, 13 de abril de 1999. Citado por Collon, M. (2000). Monopoly.
L´OTAN à la conquete du monde. Pág. 92. Ed. EPO. Anvers.
20b. Un
análisis de la situación internacional creada por la aniquilación de la
República Federal de Yugoslavia y la Cumbre de la OTAN de 1999 puede
consultarse en Maestro, A (2000) “Estado de Guerra” http://www.lahaine.org/index.php?p=17395
21.http://www.lanacion.com.ar/Archivo/nota.asp?nota_id=472937&origen=acumulado&acumulado_id=
22
http://www.nodo50.org/csca/agenda2004/misc/g8_14-06-04.html
23 En Shea, J.
Patrick (2006) “Una visión desde la OTAN”. Ponencia presentada en el IV
Seminario Internacional sobre Seguridad y Defensa en el Mediterráneo, puede
leerse:“Mucho después de 1994, el Diálogo Mediterráneo en la Alianza era un
tema promovido por los seis (sic) aliados mediterráneos y que no contaba
necesariamente con la atención o el pleno apoyo de los otros. El Diálogo estaba
allí, pero antes del 11-S no recibió el impulso necesario que se merecía. El
contexto del 11-S nos ha dado una segunda oportunidad y, como el embajador
Benavides indicó, esto se ha reflejado no sólo en la mejora del viejo Diálogo
Mediterráneo, sino también en el lanzamiento de la Iniciativa de Cooperación de
Estambul. Personalmente creo que si bien el 11-S puede haber servido como
fuerza impulsora, la necesidad de un diálogo OTAN-Mediterráneo se basa en una
sólida y estratégica razón y en un interés común que precede, naturalmente al
11-S y que, por supuesto, no puede limitarse simplemente a las percepciones de
amenazas del Sur o del terrorismo internacional”.
www.cidob.org/es/content/download/2935/26764/file/05_shea_cast.pdf -
24
www.iemed.org/anuari/2006/earticles/eotrasiniciativasmultilaterales. Med. 2006.
Anexos. pág. 327
25 Ibidem.
26 Ibidem.
27 Benavides,
Pablo (2006). “Hacia una mayor sinergia civil-militar”. Ponencia presentada en
el IV Seminario Internacional sobre Seguridad y Defensa en el Mediterráneo.
Pág. 36. www.cidob.org
28 Shea, J.
Patrick (2006). Artículo citado en nota 22. Página 41.
29. Ibid. Pág.38
30. http://lahaine.org/index.php?p=17118
31.
www.globalresearch.ca/PrintArticle.php?articleId=8628
33. Pougala,
Jean Paul (2011) http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1318&lang=es
35. Drabkin
Alexánder. “La señal china”. Pravda.
36.Chossudowsky,
Michel. “El corredor euroasiático: la geopolítica de los oleo y gaseoductos y
la Nueva Guerra Fria”.
37. Georgia
está integrado en el GUAM que es un acuerdo militar entre este país, Ucrania,
Azerbaiyán y Moldavia realizado en 1997 y que funciona como apéndice de la
OTAN.
38. Chossudowsky, Michel. Ibid.
39.http://www.presos.org.es/ARCHIVOS/archivobase.phpn=000031&tema=movobrero&subtema=
40. La cita
está tomada de Chossudowsky, Michel. “El papel de Israel en la gestación de un
ataque a Irán. El autor indica que el sitio del USCENTCOM del que se tomó no
está ya activo, pero el documento puede consultarse en:
http://tinyurl.com/37gafu9
41.http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=28519;
http://www.visionesalternativas.com/index.php?option=com_content&task=view&id=55363&Itemid=9
42http://intelligencebriefs.com/?p=1438;
44. Giribets,
Miguel (2010) Kosovo: independencia para albergar la mayor base militar yanki
del mundo.
http://www.argenpress.info/2010/07/kosovo-independencia-para-albergar-la.html
45. Collon,
Michel (2008) “Si, la ilegalidad y la corrupción reinan en Kosovo”. El autor reproduce una carta que le fue
dirigida por la Unión Federal de Guardias Civiles de España en la que se
ofrecen numerosos datos sobre la corrupción generalizada que reina en Kosovo.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=62498
46.
http://spanish.ruvr.ru/2012_03_16/68631749/
48. Petras, J.
(2012). China: Auge, caída y resurgimiento
como potencia global. Algunas lecciones del pasado http://www.lahaine.org/index.php?p=60166
49. Este plan
de reparto, no sólo de Egipto, sino de todo Oriente Medio fue formulado en la
década de los 80 por el profesor de la Universidad de Princeton, Bernard Lewis
y expresa la estrategia sionista. A Israel le correspondería la parte de Egipto
que va desde el Sinaí al Delta del Nilo. http://www.granma.cu/espanol/internacional/14-febrero-revueltas.html
50. Cruz, A.
(2012) “Adios, Palestina, adios. La lucha por el poder en Hamás”. http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1377
51.Drabkin, Alexander. “La señal china” Pravda.
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